Ganas paz y no te alteras cuando practicas con disciplina el sabio y
valioso “Arte de no engancharse”:
En tu interior decides con sabiduría no malgastar energías en
aquello que está fuera de tu control.
Un alto porcentaje de lo que te suele robar
la calma no está en tu
“círculo de influjo”, por lo mismo, déjalo de lado.
Cuando inviertes energía y adrenalina en lo que no puedes cambiar,
padeces en el desgastante “círculo del estrés”.
Piénsalo bien y reconoce que a veces te descompones o gritas por
asuntos que no valen la pena, como la politiquería.
Allí está en plena acción tu ego orgulloso
que juzga y quiere tener
la razón; entonces sufres o haces sufrir.
Te comparto una breve frase que me digo a
mí mismo cuando caigo en la cuenta de ese desvarío: “Acepto y no me desgasto en eso”.
Ayuda mucho y, tan pronto la repites y la aplicas, ganas serenidad y no te enganchas
con lo que no puedes cambiar ni controlar.
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