Cuando
la vibración de las emociones pasa a través del ADN, activa códigos
convirtiéndolos en antenas electromagnéticas capaces de alterar la energía.
La vibración del miedo
(rojo) toca a su paso muchos menos puntos que la vibración del Amor azul) por
lo que el ADN expuesto al Amor tendrá más antenas activadas y estará más
capacitado para crear más energía desde la nada.
Esto que creemos que es un gran descubrimiento, ya lo
hizo un hombre que nació
en 1904 Hans Jenny y que más adelante os presentaré.
Ciertos colectivos han mostrado su soberbia al decir que al sólo utilizar 20 códigos
los humanos de los 64 que tenemos en el genoma humano, lo 44 sin uso los han
llamado código basura.
Aquello que no entendemos, que no entra dentro de nuestro
marco de referencia, lo desechamos (curioso comportamiento). La naturaleza que nos ha
demostrado la inteligencia y su manera tan eficaz de mostrarse, crea 40 pares
para nada, como si fueran piezas de sustitución. Carece de toda lógica y
así se está demostrando, todo
es válido y tiene una función, para eso está creada.
La
vida es eficaz, la entendamos o no…
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