Las crisis de pareja son inherentes a cualquier relación: a algunos les sucede más temprano, a otros después de muchos años de estar juntos, pero es difícil encontrar una pareja que no haya atravesado por una de estas tormentas.
Las crisis de pareja se asemejan en muchos aspectos a las individuales: son complejas y, a su vez, constituyen oportunidades invalorables para conocerse un poco más
y empezar a entenderse mejor .
El problema es que no siempre estamos preparados para enfrentar el terremoto : de repente, la persona que está a nuestro lado se ha vuelto una desconocida, y cada paso que se pretende dar es motivo de discusión, de pelea y roces.
Lo primero que se piensa entonces es “ así no podemos seguir ”. Es una realidad evidente que algo pasa, y que –si se pretende conservar el vínculo– es urgente hacer algo al respecto .
El primer impulso suele ser “esto no va más. Se acabó para siempre ”. Pero, ¿por qué no plantearse antes la posibilidad de pedir ayuda, de recurrir a un profesional que pueda ver con más claridad la situación?
Tal vez las diferencias que parecen insalvables pueden trabajarse en conjunto, como por ejemplo concurrir a terapias en pareja , para que estas diferencias no impidan tener una relación satisfactoria, y que hasta se pueda aprender a sacar provecho de lo que a simple vista parece una tragedia .
Ahora bien, una situación de conflicto no debería ser la única motivación para recurrir a terapias en pareja.Lo ideal sería llegar al consultorio del profesional antes de que la situación llegue al límite , para que la pareja –a medida que pasa el tiempo– pueda ir haciendo pausadamente los reajustes que les permitan adaptarse a las nuevas situaciones.
Se trata de situaciones que en muchas ocasiones desatan conflictos que ya estaban latentes, y que fueron tan solo la gota que rebalsó el vaso. La creencia del amor romántico que todo lo puede , que garantiza la armonía perfecta y las relaciones sin inconvenientes, puede llegar a ser muy contraproducente en el caso de una pareja que atraviesa una crisis.
Los sintomas conflictivos no siempre significan falta de amor , sino que pueden ser simplemente la expresión de una dificultad para comunicarse y adaptarse a nuevas situaciones.
Tener problemas no significa dejar de amarse . Todo lo contrario: es una oportunidad para crecer, para superarse y seguir adelante.
Existen cuatro temas fundamentales que suelen ser fuentes de conflictos y malos entendidos en la vida de una pareja, y que constituyen los principales motivos de consulta psicológica:
• El desarrollo personal: hay parejas que lo comparten todo y no dejan espacio para la vida individual de cada uno . Así aparecen los celos, la falta de autoestima, el egoísmo. Una forma de solucionar esto es respetando siempre los espacios de cada cual, procurando que los dos conserven sus trabajos independientes, su círculo de amistades, sus hobbies, etc. Y esto no significa en absoluto dejar de compartir cosas, sino que es una medida saludable para no caer en simbiosis peligrosas que acaban por anular la propia personalidad.
• La sexualidad: con el paso de los años, el deseo y las necesidades sexuales se van modificando , lo cual no quiere decir que desaparezcan.
Simplemente evolucionan,
y es necesario que los dos se adapten a estos cambios. En muchas ocasiones, una vida sexual insatisfactoria es causa de discusiones y puede disparar una crisis que podría evitarse si los dos se proponen hablar de sus deseos, necesidades y fantasías, este es un tema muy tratado en las terapias en pareja.
• El dinero: es un tema delicado dentro de cualquier relación: a menudo, las cuestiones económicas son motivo de crisis en muchas parejas. Cuando uno depende económicamente del otro se mezclan cuestiones de poder, de valoración del trabajo y hasta de autoestima . Lo mejor en estos casos es distribuir claramente los roles : saber quién va a administrar la caja chica, quién se ocupará de pagar cada cuenta, etc. Manejar el tema del dinero como una cuestión más de la vida en común es una clave para no generar crisis futuras que pueden tener resultados muy negativos.
• Los roles: los mandatos de nuestras abuelas indicaban que había ciertos roles masculinos y ciertos femeninos. Hoy sabemos que esto ya no es tan así: actualmente son muchos los hombres que realizan tareas del hogar, cuidan a los chicos y se encargan de cuestiones domésticas mientras las mujeres trabajan fuera de casa . También hay casos en los que los dos tienen sus respectivas profesiones e intercambian los roles en la vida familiar, adaptándose a las circunstancias. Olvidar un poco los prejuicios es una excelente manera de aprender que los roles no son compartimentos estancos y que pueden variar con el tiempo.
La función principal de las terapias en pareja es ayudar a que esta adquiera las habilidades necesarias para funcionar sin necesidad de resolver sus diferencias en un contexto terapéutico . El profesional no es un árbitro que de la razón a uno u otro, sino que se asemeja a un facilitador que enseña técnicas para que los integrantes de la pareja puedan aprender a conocerse, a escucharse ya ponerse de acuerdo.
¿Qué es lo más importante que se aprende en las terapias en pareja?
• A establecer un tiempo y espacio exclusivo para hablar, para expresarse . Tan simple y complicado como eso: encontrar un rato para charlar, para comunicarse sin interferencias ni interrupciones de terceros.
• A no dar nada por sentado , descartando frases del tipo “yo pensé que…”, “no te lo dije porque creí que no te interesaba…”, “deberías haber sabido que…”. El otro no tiene por qué adivinar nuestras intenciones ni sentimientos, hay que aprender a expresarlos ya decir siempre lo que necesitamos, sin dar nada por supuesto.
• A estar dispuesto a aceptar un no , a entender que una negativa también es parte de la vida en común y no significa falta de afecto.
• A discutir en buenos términos todos y cada uno de los aspectos de la vida cotidiana, desde los más intrascendentes hasta los más vitales.
• A reconocer virtudes y defectos, tanto propios como ajenos . Es mucho más productivo y útil reforzar lo bueno en vez de hacer siempre reforzado en lo que no nos gusta.
Es por estos motivos que las terapias en pareja son un día a día una herramienta muy utilizada a la hora de resolver conflictos con la persona que uno quiere
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