Todas
las personas realmente exitosas practican estas lecciones de sabiduría apoyados
en estupendas prioridades:
Se
han reconciliado con su pasado, no se envenenan con la culpa o el odio
y disfrutan la magia del perdón.
Sienten
a Dios y siempre buscan hacer su voluntad.
Lo
aman, lo siguen y viven con Él y para Él.
Le
dan prioridad en su vida al amor y a sus relaciones.
Amarse
y amar es la meta de sus vidas.
Viven
enamorados de la vida, valoran las pequeñas cosas
y
saben que la felicidad no está al final del camino, es el camino.
Transitan
un sendero de humildad, transparencia y servicio altruista y desinteresado.
Son
realistas, aprenden de sus errores y ven las crisis como una oportunidad, no como un
problema.
Se
ríen de sí mismos, no se complican la vida
y están preparados para la prosperidad y la escasez.
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