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PIENSA QUE QUIZÁ SEA YO QUIEN FALLA

 


Piensa que quizá sea yo quien falla: una reflexión desde la psicología clínica
Es normal que, en algún momento de nuestras vidas, nos invada la sensación de que somos nosotros los que estamos fallando. Sentimos que no estamos a la altura de las expectativas, que no somos lo suficientemente buenos o que no estamos haciendo lo suficiente.

¿Por qué surge este sentimiento?

Las causas pueden ser diversas:
  • Exigencias excesivas: Nos imponemos metas demasiado altas o nos comparamos con personas que están en una situación diferente a la nuestra.
  • Falta de confianza en nosotros mismos: No creemos en nuestras capacidades o habilidades.
  • Miedo al fracaso: Tenemos miedo de cometer errores o de no ser exitosos.
  • Experiencias negativas: Haber vivido experiencias difíciles o traumáticas puede afectar nuestra autoestima y hacernos sentir que no somos capaces de afrontar los retos de la vida.

¿Qué podemos hacer?

Si te encuentras en esta situación, es importante que no te culpabilices ni te compares con los demás. Recuerda que eres único y valioso, y que tienes mucho que ofrecer al mundo.

A continuación, te presento algunos consejos que te pueden ayudar:
  • Habla con alguien de confianza: Comparte tus sentimientos con un amigo, familiar o profesional de la salud mental. Esto te ayudará a sentirte menos solo y a obtener apoyo emocional.
  • Identifica las causas de tu sentimiento de fallo: ¿Qué te hace sentir que no estás a la altura? ¿Qué expectativas te estás imponiendo?
  • Replanteamiento de las expectativas: Establece metas realistas y alcanzables. Ten en cuenta tus propias capacidades y limitaciones.
  • Fortalece tu autoestima: Enfócate en tus fortalezas y en tus logros. Recuerda todas las cosas buenas que has hecho en tu vida.
  • Acepta tus errores: Todos cometemos errores. Lo importante es aprender de ellos y seguir adelante.
  • Cuídate a ti mismo: Duerme lo suficiente, come sano, haz ejercicio y dedica tiempo a actividades que te gusten.
Recuerda que el cambio lleva tiempo y esfuerzo. Sé paciente contigo mismo y no te desanimes si no ves resultados inmediatos.

Si el sentimiento de fallo persiste e interfiere con tu vida diaria, es importante que busques ayuda profesional. Un psicólogo te puede ayudar a comprender las causas de tu malestar y desarrollar estrategias para afrontarlo.

No estás solo. Con el apoyo adecuado, puedes superar este sentimiento y alcanzar tu máximo potencial.



REFLEXION:
Orna Guralnik, es una sicóloga clínica estrella de la serie documental Terapia de parejas y sugiere lo siguiente: Los libros sobre el amor y las relaciones ayudan, pero fallan los que buscan recetas mágicas o fáciles.
 
Es sabio profundizar en los lenguajes del amor y aceptar que las personas son diferentes en su sentir, su pensar y su actuar.
 
¿De verdad te has puesto a analizar las diferencias entre tú y tu pareja. Eso debe inspirarte curiosidad, en vez de a ser combativo.
 
Ella dice que una mujer le expresó: “No todo es culpa de mi marido. Solo estás oyendo mi versión.
 
Estoy segura de que, si oyeras la suya, pensarías: ‘Ah, quizá no es tan malo. Quizá todo sea ella”.
 
Piensa: Quizá sea yo quien falla. Mi ideal de historia de amor es que quiero que el otro sea mi padre o mi madre o quiero que sea perfecto.
 
El humano tiende a culpar a los demás sin reconocer sus propios vacíos. Eres sabio si actúas con humildad.


NOTA: Pensar que quizá sea yo quien falla es un acto de valentía. Es un acto que nos coloca en el asiento del conductor de nuestro propio crecimiento emocional. La capacidad de reflexionar sobre nuestra propia contribución a las situaciones difíciles es el primer paso hacia la resiliencia y la evolución personal. La terapia puede ser un espacio seguro para este tipo de exploración, donde la autenticidad y la autoaceptación se convierten en las piedras angulares de un viaje hacia una vida más plena y conectada.

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