Excelente decisión: Elijo aceptarme y aceptar las personas y los
hechos así como son.
¡Estupendo! Abandono el deseo de controlar y lo sustituyo por
la tranquilidad que brota de aceptar.
Comprendo que si acepto la
realidad, fluyo en paz y si peleo y hago resistencia sufro.
No quiero sufrir.
Hoy transformo el deseo de reaccionar que causa
sufrimiento y soy feliz porque
respondo de forma amorosa.
Dios mío, mi vida se rige por la compasión.
Dejo atrás la mentalidad ególatra, narcisista y
egocéntrica .
Me hace daño porque sólo se interesa por el
bien individual y así mis
relaciones son conflictivas.
Saludo una actitud de lucidez amorosa en la que el bien
individual y el bien colectivo se funden.
Hay paz porque elimino la necesidad de control, y se van: miedos, ansiedad,
envidia, ira, desaprobación, impaciencia y egoísmo.
Vivo en la alegría.
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