Me
enamoré de cada cicatriz que existe en tu alma,
del
lunar sobre tus labios, de tu mirada triste, de
tus
manos desgastadas que dejó tu pasado, me
enamoré
de mi necesidad de ti, del saber que me
has esperado, de la frialdad de tu
corazón que
me hace abrazarte, de mi debilidad de amarte y
entregarme, me enamoré de tu pronta llegada que
me hace perder el miedo, me enamoré de lo que
me
hace más amarte y me obliga hacer mejor en
todos los aspectos, me enamoré de ese beso del
cual
tengo ganas, y de las noches que no hemos
vivido, de los poemas que aún no te
escribo, de
todo lo que quiero vivir contigo.
Me
enamoré de ti, de lo que fuiste, lo que será y
lo
que seremos juntos, amor, no cambies nada de
lo que me muestras, no quiero
idealizarte, pero
también no quiero decepcionarme después de
conocerte.
Me enamoré de ese beso del cual tengo ganas,
un roce fugaz que mis labios ansían.
Sueño con su sabor, con su dulce fragancia,
con la magia que encierra su apasionada danza.
Tus ojos me miran con fuego y deseo,
provocando en mi piel un cosquilleo.
Tus manos me rozan, me queman por dentro,
y mi corazón palpita con un ritmo violento.
Imagino tus labios rozando los míos,
en un beso apasionado, lleno de vacíos.
Un beso que borre la tristeza y el dolor,
que me lleve al cielo en un torbellino de amor.
Anhelo con todas mis fuerzas ese beso soñado,
con el que mis sueños se verán realizados.
Un beso que me eleve a las nubes más altas,
y me haga sentir la persona más dichosa y exaltada.
Me enamoré de ese beso del cual tengo ganas,
y no puedo esperar más para sentir su danza.
Ese beso que me hará perder la razón,
y me sumergirá en un mar de pasión.
Mientras tanto, seguiré soñando despierto,
con la esperanza de que ese beso sea nuestro.
Un beso que nos una para siempre,
y que selle nuestro amor con un candado incandescente.
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