El amor es uno de los regalos más
valiosos que podemos recibir en la vida. Ya sea el amor que compartimos con
nuestra pareja, con nuestra familia, amigos o con uno mismo, es el amor lo que
nos brinda una sensación de paz y felicidad que pocas otras cosas pueden
igualar.
REFLEXION:
¿Cómo pueden ayudarnos en el proceso de
crecimiento espiritual las relaciones con los demás?
Nos ayuda el altruismo.
Se ha probado que las personas más infelices son las que más se
centran en sí mismas.
Al centrarte en los demás,
dejas de evaluarlo todo en función de ti mismo: si esto me duele, si
salgo ganando, si lo mío es mejor.
Cuando te preguntas en qué
medida eres feliz o te gusta o disgusta algo, la mente empieza a comparar
y eso genera
insatisfacción.
Lo que te regala paz y
felicidad es el amor, la
compasión, el servicio desinteresado y la gratitud.
La generosidad es la mejor
manera de relacionarte con lo material, porque implica desapegarse de ello.
Quien se aferra a lo material, es fácil que tema perderlo, que sienta que no tiene suficiente o se compare
con otros.
Quien se pregunta qué
puede hacer por los demás, deja que lo material fluya a través de sí y
esa es una fuente de felicidad.
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