Alejandro Dumas recibió una escasa
educación escolar y con estudios deficientes empezó a trabajar como mensajero.
También
se rebuscó como vendedor
de tabaco y como pasante de un notario.
Dumas tenía un carácter indómito. Era un buen soñador y dedicaba su tiempo a la casa
y al cortejo de las
muchachas de su edad.
En 1822
se instaló en París y allí
escribe y completa su formación de manera autodidacta.
En 1825
se estrena su primera obra teatral. Sus novelas históricas, llenas de vivacidad, gozaron del
beneplácito del público, se publicaban por entregas, en los periódicos.
No sabía manejar el dinero. Amasó una considerable fortuna que dilapidó con
prodigalidad en fiestas y cenas.
Mantenía a sus hijos, a las madres de
ellos y a varias amantes,
muchas de ellas actrices.
Vivía con gran lujo y derroche y siempre estaba endeudado. Casi al fin fue a la
bancarrota.
Publicó unas 300 obras y numerosos
artículos,
convirtiéndose en uno de los autores más populares de Francia.
Las emocionantes aventuras de “Los tres
mosqueteros”; son producto de la imaginación del novelista Alejandro Dumas,
1802-1870. No solo
el regimiento existió, sino que los héroes tienen equivalentes históricos
reales.
Los orígenes de los mosqueteros se
remontan a 1600, cuando Enrique IV formó las carabinas-
Era una unidad de caballería ligera que portaba armas largas
llamadas arcabuces, que se hizo conocida por su puntería.
En 1615 los carabineros se
distribuyeron entre otras unidades de caballería.
Fueron un regimiento de élite. Casi todos eran nobles, eran
en gran parte un regimiento joven, cuyos hombres empezaban su servicio a la
edad de 16 o 17 años.
Dumas describió a Athos, Porthos y
Aramis como los “Tres Inseparables”. Esos seres en realidad existieron.
Gracias
Dumas. ¡Tanta imaginación y poder para narrar!
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