Donde
brillan la fe y el amor, la muerte llega como un triunfo, no como una derrota.
Sin importar cómo nos vamos, la partida es serena cuando la
conciencia está en paz y el alma libre de apegos.
La
muerte es un paso entre vidas, es dormir en esta dimensión y
despertar en otra.
La muerte es la amiga que nos vuelve a Dios; no es una
pesadilla, es un ángel de luz.
No hay juicios ni castigos eternos.
Cada ser se lleva su amor o su desamor, pero la vida continúa.
La muerte no es sombra, es luz; no es
fin, es un nuevo comienzo; no es soledad, es reencuentro.
Nacer es morir y morir es
renacer.
Desde la otra dimensión seguimos amando y somos un faro
para los seres queridos.
La muerte no existe para el
alma, solo para el cuerpo.
Cada ser se lleva su amor o su desamor, pero la vida continúa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios