Los
miedos se producen por desconocimiento o falta de información sobre condiciones o circunstancias
que podrían ocurrir y eventualmente
provocar algún daño o sufrimiento.
Los miedos son parte importante y constituyente del instinto de
conservación de la vida.
Los miedos normales ayudan a protegerse y estimulan a conocer
o enfrentar aquello desconocido, mientras que los miedos exacerbados (como ansiedades o ataques de
pánico) paralizan y alertan de circunstancias que podrían ocurrir según
pensamientos anticipatorios y preocupaciones poco realistas, mas bien
imaginarias, no racionales; y que pueden superarse con confianza en si mismo, con pensamientos mas
racionales, con conocimiento e información, enfrentando la realidad, con
verdad, con amor, con descanso y sueño reparador, evitando la soledad y la
fatiga estresante.
Las causas profundas de muchas enfermedades y
desesperanzas se
encuentran y explican por la falta de amor y confianza en si mismo, por la
falta de amor y confianza en los demás y por la falta de cuidado y de
amor a la naturaleza o entorno en que vivimos.
El
equilibrio armónico y la libertad se consiguen cuando nuestro cuerpo, mente y
espíritu se encuentran sanos y relajados.
Entendiendo el pasado podemos comprender mejor
nuestras limitaciones
presentes y luego trascenderlas.
Solo sé que poco o nada sé y que moriré, y lo
que sé ni bien lo sé: sin embargo deseo y espero saber; y conocerme a mi mismo, antes de dejar de pensar
y existir.
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