Doblegado
por la adversidad acaso piensas que ya no hay nada que hacer, tu fe vacila y
tiendes a sucumbir.
La verdad es que siempre puedes recomenzar, tomar un nuevo aire y
levantarte con ánimo y resolución.
Recuerda otras ocasiones en las que estabas en un túnel oscuro y
saliste avante a pesar de todo.
Sé
consciente de todos tus dones, persevera, apela a nuevas estrategias y
confía en días mejores.
Sé
como esas plantas que reverdecen y sacan nuevos brotes cuando las podan. Renace de las cenizas como el ave fénix.
Si
aún estás en la tierra es porque tu misión sigue y te
esperan otras alboradas y nuevos aprendizajes y retos.
Dale
otro oxígeno a tu fe, busca soporte en Dios y en los que te aman y no
dejes que nada te intimide.
La primavera sucede al invierno, confía en tu potencial y avanza
con entusiasmo. Todo al final estará bien.
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