Esta
es tu vida, así que no comprometas tus sueños. Vive tus sueños.
No hay necesidad de preocuparse por aquellos que afirman
que tus sueños son imposibles. Decide tú mismo lo que es posible, y luego haz
todo lo que esté a tu alcance para que suceda.
Lo
que deseas con sinceridad, Dios te dio la capacidad de hacerlo realidad. Los
sueños son tuyos, vívelos.
Ten cuidado de no quedar atrapado en dudas y excusas.
Intenta quedar atrapado en una auténtica pasión por vivir tu vida de la manera
que imaginas.
Vive
con un propósito. Ofrécele a Dios tus propósitos.
Siente esos sueños, toca esos sueños y vive esos sueños.
Son demasiado importantes para ignorarlos.
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