1.
Dale tiempo a tus hijos. Dime a qué dedicas tu tiempo y te diré qué
amas. Haz un plan de juegos, salidas, comidas, etc. y separa tiempo en tu
agenda para dedicarte única y exclusivamente a tus hijos; ellos nunca olvidarán
esos momentos.
2.
No escondas tu cariño. Muchos latinos crecimos en una cultura donde no
era costumbre que el papá demostrara afecto o que participara en la crianza de
los hijos, pero sentir afecto, aceptación y seguridad de parte de un padre
ayuda a que los niños desarrollen una buena autoestima.
3.
Crea un ambiente de amor y respeto. Además del cariño hacia tus hijos y
el tiempo que les dedicas, es importante que ellos vean que tú respetas a su
madre, ya sea que tú y ella estén juntos o no. Esto dará a los niños la
seguridad y estabilidad que necesitan para desarrollarse.
4.
Aprovecha cada oportunidad. Convierte los tiempos de comida, quehaceres
de la casa, tareas de la escuela, viajes en el auto y cualquier situación en
una oportunidad más de compartir y enseñar a tus hijos valores como: el amor al
trabajo, ser agradecidos, la honestidad, servicio, trabajo en equipo, reciclar,
etc. ¡Hazlo divertido!
5.
Comunícate en forma positiva. Anima a tus hijos a siempre dar lo mejor
de sí mismos y resalta sus destrezas y virtudes. Ellos necesitan tu aprecio y
aliento. Escucha a tus hijos; conoce sus historias, sus intereses y sus
temores; déjales saber que pueden confiar en ti.
6.
Lee con tus hijos. Enséñales el amor a la lectura desde muy pequeños.
Leer es una de las mejores maneras de garantizar que ellos tengan una vida de
éxito. Ya cuando entren a la escuela, ayúdales con las tareas; comparte con
ellos la alegría de saber y aprender constantemente.
7.
Disciplínalos con amor y paciencia. Pon reglas claras, justas y
razonables. Recuerda que el objetivo es que los niños desarrollen un buen
comportamiento y carácter. No dejes que el enojo te domine; si es necesario
toma tiempo para pensar y discutir con tu pareja la mejor manera de corrección
que ayude a los niños a entender la lección y mejorar.
8.
Enséñales con tu ejemplo. Tus acciones hablan más fuerte que tus
palabras. Tus hijos imitarán tu comportamiento lo quieras o no. Sé consistente
en lo que dices y haces. Muéstrate ante ellos honestamente como un ser humano
con virtudes y defectos y verás que ellos también aprenderán a confiar en ti y
ser honestos siempre.
9.
No los sobreprotejas. Déjalos vivir. Es importante que tus hijos sepan
que tu amor hacia ellos es incondicional y que pueden contar contigo en cualquier
circunstancia, pero ellos también necesitan entender que sus acciones tienen
consecuencias y que sus decisiones, buenas o malas, marcarán su destino.
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