Encontrar el amor es un agradable accidente.
Conoces a alguien estupendo, pasas tiempo con esa persona, la vas conociendo y,
si las cosas se alinean a la perfección, acabas “encontrando” el amor.
Personas de todo
el mundo se enamoran cada día. El amor no es una rareza en este planeta.
Pero el amor
verdadero sí.
El verdadero amor es el que tiene lo que se
necesita para superar la prueba del tiempo.
Es flexible,
adaptable, siempre creciente y cambiante. Y es increíblemente poco común ya que
necesita una gran cantidad de tiempo para desarrollarse.Tienes que estar con
alguien durante años para saber a ciencia cierta que lo que tienen no es
cualquier amor, es verdadero amor.
Y es que el verdadero amor no es algo que encuentras
ni con lo que te tropiezas. Es algo que construyes, despacio y con mucho
cuidado.
El amor es algo
precioso, pero no hay nada más precioso en este mundo que el verdadero amor. No
porque sea demasiado puro (las personas somos seres imperfectos, por lo que
nada puede ser realmente puro, ¿no?), sino porque es honesto y real.
Y en un mundo como el nuestro, esto es más de lo
que puedes esperar.
Las primeras
etapas del amor son las más intensas y emocionantes, pero también las más
superficiales y frágiles.
Cuando nos enamoramos, el mundo de se vuelve un
lugar más agradable. El sol
brilla más brillante y la brisa sopla más fresca.
Es increíble
cómo algo tan simple como enamorarnos puede tener un efecto tan profundo en
nuestra percepción del mundo.
Cuando el amor
es todavía nuevo, sentimos una necesidad intensa, casi como hambre, por la
persona que amamos. Queremos pasar tiempo con esa persona, conocerla a un nivel
íntimo, pasar de estar solo a formar una unión, una asociación.
Queremos conocer todo el misterio que se esconde
tras de los ojos de nuestro amor.
Pero a medida
que pasa el tiempo y vamos conociendo a esa persona a un nivel más profundo, el
misterio comienza a desvanecerse. La excitación se vuelve menos excitante.
Este es el
momento fundamental en cualquier relación. Es el momento en el que el amor
muere o empieza a convertirse en algo más.
El verdadero amor se basa en la confianza y el
respeto, y ambos necesitan un tiempo considerable para desarrollarse.
Es verdad que
algunos de nosotros somos más confiados que otros. Pero cuanta más experiencias
se tiene en el amor y las relaciones, probablemente más desconfiado se vuelve
uno.
Esto es porque hay personas que te han fallado, que
te han defraudado. Personas que no querías ver que eran capaces de comportarse
así.
Y con cada
relación fallida nos volvemos más cerrados y menos dispuestos a abrir nuestro
corazón de nuevo a otras personas.
Pero para que el
verdadero amor se forme tiene que haber niveles monumentales de confianza entre
tú y la persona. Tienes que confiar en que esa persona estará ahí por ti, por
muy duro que sea el camino.
Tienes que confiar en que él o ella no te
abandonará cuando las cosas se pongan difíciles, cuando metas la pata, cuando
les intenten separar. Tienes que confiar en que cada mañana, él o ella, se
despertará feliz de ver que estás a su lado.
Este nivel de
confianza y respeto necesita de años para construirse y es la base donde se
apoya el verdadero amor.
El verdadero amor no es un sentimiento, sino una
forma de ser.
Las relaciones, incluso las “mejores”, fallan.
Las personas
cometen errores. Las personas cambian. Las personas permiten que sus egos
absorban lo mejor de ellos y dejen de ser el amigo, amante, compañero que su
pareja merece.
El verdadero amor, sin embargo, no es una emoción.
No es una forma de sentir. Es una manera de vivir.
Se trata de
estar ahí por la persona que amas porque no lo concibes de otra manera. Y aún
más que eso, se trata de esforzarse por construir un vínculo tan fuerte con esa
persona que incluso cuando uno de los dos deje este mundo, el amor que les unía
viva todavía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios