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LA FELICIDAD TAMBIÉN SE ENTRENA Y SOLO TIENES QUE DAR CUATRO PASOS

 

Alcanzar el bienestar es un ejercicio en el que cuidar a «nuestro yo» del futuro es muy importante
 
Nunca antes había estando tan «de moda» la felicidad. O, más concretamente, la búsqueda de esta. Frases motivacionales, libros de autoayuda, programas que prometen alcanzar ese estado de comodidad que tanto ansiamos... estamos rodeados por ello. Y, en esta época en la que la omnipresente búsqueda de la felicidad copa una gran parte de nuestra vida, nunca habíamos encontrado índices de depresión y ansiedad más altos.
 
Es, en la discordancia entre lo que entendemos como felicidad y el modelo de vida que llevamos hoy en día, donde residen estos fatales resultados para nuestra salud.
 
«Si preguntamos qué es ser feliz para la gente, la mayoría tiene definiciones muy sabias. El problema es que nuestro estilo de vida no se amolda con esa idea de felicidad que tenemos, en la que apreciamos el sentido de equilibrio, la aceptación propia y la armonía»,. «La felicidad que nos venden está basada en el hedonismo, pero nosotros proponemos un modelo de felicidad descentrada del yo, basada en virtudes y buenas conductas sociales».
 
El desarrollo de estas habilidades, tiene cuatro constituyentes:
·         Aprender a potenciar las emociones positivas;
·         fomentar la habilidad de recuperarnos de las adversidades, poniendo el foco sobre la regularización de las emociones negativas;
·         entrenar el mindfulness, la capacidad de atención al presente;
·         y cultivar conductas de compasión y generosidad.
 
Estos son los cuatro pilares que los dos expertos consideran necesarios para el cultivo de estas virtudes que nos llevarán al bienestar.
 
Mindfulness
El denominado mindfulness no es más que trabajar para ser capaces de prestar atención al presente. Evitar esta divagación es esencial «El diálogo interno puede ser bueno, nos permite planificar y desarrollar otras cosas. Pero esta voz interna, en momentos de vulnerabilidad, puede ser algo que nos genere mucho sufrimiento».
 
El experto explica que lo que persigue el mindfuless es controlar la atención de nuestra mente. «El objetivo es ser capaces de decirnos "Ahora mismo estoy haciendo algo que no me sienta bien", y que sea posible desenganchar nuestra atención de eso y focalizarla en algo más positivo».
 
Altruismo y compasión
También, recalca la importancia de la compasión en este ejercicio de bienestar. Se advierte que no debemos confundir «virtud» y «valor»: «La virtud tiene un condicionamiento ético y el valor no». Ambos enumeran las virtudes como cosas naturales que portamos de manera intrínseca como seres humanos: fortaleza, valentía, compasión, lealtad...
 
«Si actuamos alineados con las virtudes, esto tiene un impacto positivo en nuestro bienestar. Ese es el único bienestar sostenible en el tiempo. El resto es una felicidad centrada en el hedonismo».
 
Trabajar la resilencia
Para continuar trabajando, es también importante aprender a regular nuestras emociones negativas. Aun así no debemos renegar de ellas, ya que según explican ambos expertos, muchas veces ciertas emociones negativas puedes llevarnos a acciones positivas. Debemos aceptar estas emociones, pero también ser capaces de regularlas y nos vernos derrumbados por ellas. «Hay que aprender a acortar la emoción negativa, no dedicarle tanto tiempo, que no nos consuma tantos recursos. ¿Cuánto tiempo le quiero dedicar a este enfado o a este disgusto? Una vez nos hemos contestado tener las habilidades para decir ya está, ahora otra cosa».
 
Saborear el momento
Por último, es esencial aprender a apreciar las emociones positivas, algo que parece sencillo pero que muchas veces no hacemos. «Debemos intentar saborear la emoción, estar más atentos y sobretodo, no boicotearnos» y concluye: «Debemos aprender a alargar y sostener la emoción positiva».
 
La importancia del yo futuro
«Tenemos una relación con con nuestro yo futuro queramos o no». Una vez que aceptamos eso, el experto explica como debemos pensar en ese «self» futuro y cultivarlo con el objetivo de que esté en armonía con nuestras virtudes.
 
El yo futuro, con el que tenemos una inevitable conexión, es también un fuerte punto de motivación, comportamiento esencial para alcanzar la felicidad. «Si no tengo la capacidad de proyectarme al futuro feliz, eso repercutirá de manera negativa las acciones del presente».
 
«Debemos diseñar una versión de nuestro yo futuro que haya alcanzado un cúmulo de habilidades nos traiga felicidad. Si no construimos ese futuro no vamos a comprometernos con alcanzar ciertas virtudes en el presente».


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