En
la Biblia encuentras un tesoro para tu espiritualidad y son 150 salmos que
ojalá te sirvan para orar.
Como son bien antiguos reflejan la fe de hace siglos, con sus luces y sus sombras.
Aprende a tomar de ellos solo lo mejor.
Hay unos tan hermosos como el 103 que habla lindo de la bondad y
la infinita compasión del amoroso Dios.
Hay otros como el 109. lleno de venganza, o el
71. Otros hablan de un dios que
“aniquila a los infieles”: 73, 27 o del furor de Dios: 79,6.
Lee
con atención y aprovecha lo que te ayude a fortalecer tu fe en Dios y el amor
que es lo que cuenta en la vida.
Repite: “Oh, Dios, escucha mi clamor, atiende a mi plegaria…cantaré
por siempre a tu nombre”. Salmo
61.
“En
Dios solo descansa el alma mía, de él espero mi salvación.
Sólo él es mi roca, mi salvador, es mi fortaleza, no he de vacilar”.
Salmo 62.
“Oh Dios, tú eres mi Dios, a ti te busco, mi alma tiene sed
de ti.
En pos de ti mi alma languidece, cual tierra seca, sedienta”.
Salmo 63.
Aprende a tomar de ellos solo lo mejor.
Sólo él es mi roca, mi salvador, es mi fortaleza, no he de vacilar”.
Salmo 62.
En pos de ti mi alma languidece, cual tierra seca, sedienta”.
Salmo 63.
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