Lo
normal es que el mundo gerencial esté dividido en docenas de tribus enfrentadas
entre sí: teóricos contra pragmáticos, académicos retirados contra gurús que
acaparan el público, entusiastas de la “gerencia científica” y entusiastas de
una tendencia más “humanista”. Pero este ha sido un mes de
reconocimiento mutuo: los líderes de las diversas tribus gerenciales se han
reunido para conmemorar el
centenario del nacimiento de Peter Drucker, un hombre que se suele considera el
“padre de la gerencia moderna”, así como el “pensador gerencial más
importante del mundo”. Las celebraciones tuvieron lugar en todo el mundo,
especialmente en Viena, país donde nació Drucker, el sur de California, donde
pasó sus años dorados, y China, donde está ejerciendo una creciente influencia.
¿Por qué Peter Drucker continúa disfrutando de tanta
estima? El negocio de asesoría gerencial es uno de los más exitosos del siglo
pasado. Cuando Drucker empezó a pensar en el tema hacia los años
cuarenta, no se trataba más que de una pequeña laguna. Pero, hoy en día, se ha convertido en
las Cataratas del Niágara. La industria de consultoría producirá US$ 300 mil millones este año.
Por otra parte, los libros de gerencia están normalmente entre los más
vendidos. Los gurús gerenciales ganan US$ 60 mil por conferencia. El problema
es que la gente no se fía mucho de la gerencia.
De hecho, la industria de asesoría gerencial ha sido desde
siempre presa de farsantes y fraudes. Esta es la razón por la que los representantes
de esta industria sufren de una severa crisis de identidad. Pero Peter Drucker
es el antídoto a esta crisis. Drucker era un verdadero intelectual. Se codeó
con intelectuales de la talla de Wittgenstein. Además, estuvo a la cabeza de la
industria durante más de sesenta años. Siempre estaba tratando de relacionar
los retos del día a día comercial con grandes tendencias sociales y económicas,
tales como el surgimiento de los “trabajadores del conocimiento” y el
resurgimiento de Asia.
Pero
Drucker era más que el antídoto de la crisis de identidad. También era el
apóstol de la gerencia. Sostenía que la gerencia era uno de los motores
fundamentales del progreso humano. Incluso consideraba que la gerencia
científica era la “contribución más duradera e importante de los EUA a
Occidente, después de las ideas “federalistas”. Pero la razón más importante
del continuo interés en Drucker es que sus escritos siguen siendo relevantes.
Al leer el Concepto de corporación, publicado en 1946, no sólo salta a la vista la precisión con la que
vio el futuro sino, además, lo parecidos que eran los problemas gerenciales de
entonces a los de ahora.
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