Un
turista Colombiano entró en una estación del metro de estocolmo, la capital de
suecia. Allí notó que, entre los accesos de cobro giratorios, había uno que
daba el paso libre y gratuito. Muy extrañado, le preguntó a la vendedora
de tickets el porqué de aquel acceso libre. La vendedora esbozo una sonrisa y
explicó que ese torniquete estaba
destinado a las personas que, por cualquier motivo, no tuviesen dinero para
pagar su pasaje.
Incrédulo, acostumbrado a la manera latina, no pudo
evitar hacerle la pregunta que, para él era obvia:
- y sí la persona tuviese dinero, pero simplemente ¿no quisiese pagar?
La vendedora entrecerró sus ojos azules y con su sonrisa
permanente, respondió:
-
pero, no tendría por qué hacerlo
Sin poder acertar una observación, el personaje pagó su pasaje y entró por el
torniquete, seguido de una multitud que también habia pagado por sus
ticket. Mientras el paso libre continuó vacío.
La
honestidad es uno de los valores más liberadores que un pueblo puede tener.
Una sociedad que ha logrado transformar ese valor en algo natural, está en un
estado de desarrollo, sin duda, superior. Eso es educación. El mundo cambia cuando tú cambias. Hagamos de la
honestidad y buena fe un hábito.
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