Sudar mucho no es igual a quemar grasas, muchas personas que hacen ejercicio creen que sudando mucho quemarán grasa más rápidamente, no es cierto.
Efectivamente, si usted piensa que salir a correr con ropa gruesa o con sudaderas supuestamente especiales (muchas veces de nylon o de hule) va a quemar grasa y más pronto reducirá tallas, está en un error porque lo único que está logrando es agotarse más rápidamente, tener algún tipo de problema relacionado con la deshidratación, y puede que no alcance a quemar grasa.
Cuando una persona hace ejercicio, lo primero que pierde son líquidos a través del sudor. Después, conforme se acelera el ritmo y se prolonga el ejercicio paulatinamente, se va quemando azúcar y grasa. Esto no se puede lograr antes de los 15 minutos de cualquier rutina.
Lo que en realidad le permitirá quemar grasa es el ejercicio en sí mismo, la constancia y la disciplina con que lo realice. Es decir, cada vez que usted hace cualquier esfuerzo ello le significa al cuerpo un gasto de energía, para lo cual utiliza todos los energéticos que posee, entre los que se encuentran grasas y carbohidratos.
Evidentemente cuando llevamos una vida sedentaria es más fácil que estas grasas se acumulen y almacenen, apareciendo las molestas llantitas o el abdomen voluminoso.
Es importante saber que no por sudar más, vamos a quemar calorias y por lo tanto a bajar de peso más rápidamente.
Además, un aspecto que se presenta cuando el cuerpo no tiene suficiente ventilación, es la irritación, porque todas las sales que se desalojan por medio del sudor son muy abrasivas. Es por ello que cualquier buen instructor no recomienda fajas, ni cremas, ni sudaderas de nylon o plástico y provocan sufrimiento innecesario.
Para ejercitarse al aire libre mejor utilice cualquier ropa que le sea cómoda y holgada, y tenga en cuenta el clima, pues si hace calor, una playera y un pantalones serán suficientes para lograr el gasto de energía necesario que le permita en un tiempo razonable empezar a sentir cómo pierde kilos y tallas, o cómo fortalece sus músculos, sin necesariamente perder peso.
Si hace frío evidentemente se recomienda ropa más abrigadora que lo proteja de bajas temperaturas, que pudieran resfriarlo o causar un dolor muscular.
Una recomendación más que dan los instructores de los deportes es tomar agua para rehidratarse después de algún ejercicio. No son necesarias las bebidas rehidratantes que se anuncian en la televisión, pues efectivamente son pensadas para deportistas de alto rendimiento o resistencia como un maratonista de fondo, cuyas sesiones deportivas pueden prolongarse durante horas, por lo que pierden gran cantidad de sales minerales.
Sin embargo, para quien sólo sale a caminar, o correr entre 20 o 30 minutos, o realiza una actividad aeróbica modesta, no necesita recuperar muchas sales minerales, de ahí que si consume las llamadas bebidas rehidratantes, lo único que hará es acumular sales, por lo que se recomienda sólo tomar agua simple o de frutas con poca o nada de azúcar.
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