En
la selva chocoana de Colombia habita un diminuto y peligroso anfibio que se
conoce como rana dardo, de color amarillo.
Esa
ranita es el vertebrado más venenoso que existe y su vivo
color es una estrategia para anunciar su gran peligrosidad.
Una
cienmilésima de gramo de su veneno es una dosis letal para
un hombre adulto.
El veneno de una sola puede
matar a diez hombres o a veinte mil ratones.
Se absorbe a través de la piel, por lo que el
roce con una de estas pequeñas ranitas puede ser mortal.
Por el lado bueno, su veneno se investiga para lograr un fármaco
contra el dolor que sería doscientas veces más potente que la morfina,
sin sus efectos secundarios.
Regla
de oro de la naturaleza: si algo tiene colores seductores, no lo toques ni te
lo comas; fácilmente es venenoso.
Algo
similar pasa en el amor.
Si crees en cuentos de hadas y besas esa
ranita colorida, tú te morirás y ella no se convertirá en un príncipe.
Nota:
Aprecia lo pequeño porque tiene un gran valor.
Un detalle jamás es pequeño
sea positivo o negativo.
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