“El tiempo transcurrido en glorificar a Dios y en cuidar
la salud del alma, no será nunca tiempo perdido.”
“El
verdadero conocimiento y la auténtica libertad se hallan en Jesús. Dejad que Jesús forme parte
siempre de vuestra hambre de verdad y justicia, y de vuestro compromiso
por el bienestar de vuestros semejantes”.
“En esta íntima unión, Dios y el alma son como dos trozos
de cera fundidos en uno solo, que ya nadie puede separar. Es algo muy hermoso
esta unión de Dios con su pobre criatura; es una felicidad que supera nuestra
comprensión.”
“En la oración hecha debidamente, se funden las penas
como la nieve ante el sol.”
“En la voluntad de Dios encuentra su paz nuestro corazón
y el alma su alegría y su descanso”.
“Entiendo
que no me has dado riquezas terrenas y perecederas, pero me has dado la
verdadera riqueza que es el manjar eucarístico. ¿Qué mereciera yo si no
consagrase todas mis ternuras a la sagrada hostia? ¡Oh!, sí; lo comprendo,
Señor; para obligarme a merecer el Cielo, me lo das ya adelantado en la
Tierra.”
“Es bueno caminar por la fuerza de su Amor en sentido
contrario a nuestras inclinaciones, sin Otro placer ni contento sino el de no
tener ninguno”.
“Es
necesario vivir en la adhesión a la voluntad divina, ofrecer el pan a
los hambrientos, visitar a los prisioneros, apoyar y consolar a los enfermos,
defender y acoger a los extranjeros, dedicarse a los pobres y míseros”.
“Es
preciso darlo todo para tenerlo todo; el amor divino no sufre mezcla de cosa
alguna”.
“Es terrible la justicia de Dios. Pero no olvidemos que
también su misericordia es infinita.”
“Es vital que el llamamiento de Cristo a hacer discípulos
sea anunciado y vivido con convicción por cada cristiano”.
“Estamos en el mundo sin ser del mundo, constituidos
entre los hombres como signos de la verdad y de la presencia de Cristo para el
mundo. Le entregamos todo nuestro ser concreto como expresión suya, para que El
siga pasando haciendo el bien”. (Cf. Act 10:38)
“Gracias a todos los jóvenes de habla hispana. No teman
responder generosamente al llamado del Señor. Dejen que su fe brille en el
mundo, que sus acciones muestren su compromiso con el mensaje salvífico del
Evangelio!”.
“Haré más desde el Cielo, de lo que puedo hacer aquí en
la Tierra.”
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