No
tengan miedo. Abran de par en par las puertas de Cristo.
No todos pueden ayunar, emprender viajes largos, no
pueden dar grandes limosnas, pero
todos pueden amar a Dios, sólo basta quererlo.
No vayas fuera, vuelve a ti mismo. En el hombre interior
habita la verdad.
No, realmente yo no soy sencillo, pero amo tanto la
sencillez que me asombro.
Nos hemos de librar de la falsa idea de que la fe ya no
tiene nada que decir a los hombres de hoy.
Nuestro dolor y nuestra vergüenza por los pecados de
algunos miembros de la Iglesia, y por los propios, no deben hacer olvidar cuántos cristianos dan la
vida por amor.
Nuestros sufrimientos son como caricias bondadosas de
Dios llamándonos para que nos volvamos a Él, que nos hacen recordar que
nosotros no controlamos nuestra vida, sino que es Dios que tiene el control y
que podemos confiar plenamente en Él.
Obedece
más a los que enseñan que a los que mandan.
Obispo de Hipona y uno de los más reconocidos Doctores de
la Iglesia (354-430).
Occidente parece inclinarse a unas formas de aislamiento
creciente y egoísta.
Oh pobreza bienaventurada que da riquezas a quienes la
aman y abrazan.
Os bendigo en mi vida y después de mi muerte, en cuanto
puedo y más aún de lo que puedo, con todas las bendiciones con que el Padre de
las misericordias bendijo a sus hijos e hijas y los bendecirá en el cielo y en
la tierra. El Señor esté siempre con ustedes y ustedes estén siempre con Él.
Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta
de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano.
Para hacer que una lámpara siempre esté encendida no
debemos dejar de ponerle aceite.
Para la Iglesia la opción por los pobres es una categoría
teológica antes que cultural, sociológica, política o filosófica
Para
mi la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada al cielo, un frito
de agradecimiento y de amor en las penas como en las alegrías.
Para nosotros la base de toda santidad consiste en estar
siempre alegres.
Para que el amor fraterno, sea realmente verdadero, debe
ser tal que el bien de uno sea para el bien de todos, y el mal de uno lo
sientan todos.
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