Un
estudio concluye que se pueden detectar ciertos rasgos de la personalidad de un
individuo por los zapatos que usa, pero también pueden ocultar el verdadero yo.
En la popular leyenda la Cenicienta, el príncipe azul pudo
comprobar que la humilde barrendera subyugada por su madrastra y hermanastras
era en realidad una princesa porque la zapatilla de cristal le calzó
perfectamente.
Un estudio realizado en la Universidad de Kansas dice que se
puede predecir con bastante precisión algunas de las características personales
de alguien según los zapatos que porta, rasgos que nos ayudan a crear o no
vínculos sociales.
Sin embargo, una escritora especializada en imagen y
desarrollo personal acaba de sacar un libro titulado “Cámbiate los zapatos” en
el que sostiene que la gente también se puede esconder detrás del calzado e,
inclusive, estar atrapada por los zapatos.
Nuestra imagen exterior general -compuesta por el vestido,
corte de cabello, maquillaje, aseo, etc.- puede revelar aspectos de quiénes
somos, pero los zapatos parecen dar indicaciones muy particulares y precisas.
"El
estudio de los zapatos formaba apenas una parte de la investigación, aunque muy
interesante". "Queríamos saber si se puede tomar un sólo elemento
clave como los zapatos y lograr una especie de imagen instantánea que divulgue
rasgos como edad, nivel social, grupo demográfico y personalidad".
El estudio se dividió en tres partes.
Primero pidieron a un número de personas que enviaran fotos
de los zapatos que usaban más a menudo y que completaran dos formularios: uno
con preguntas que miden personalidad y otro cuestionario de criterios
demográficos.
Luego,
un grupo de investigadores observaron las imágenes de los zapatos y los
evaluaron según la lista de 14 criterios diferentes en los cuestionarios.
Cosas como estilo, moda, costo, confección, función y otras.
Tercero, tomaron a un grupo diferente de personas para que
estudiaran los zapatos sin que tuvieran información alguna sobre sus dueños o
las respuestas que habían dado. También les dieron los mismos cuestionarios
para que los llenaran, calificándolos o midiéndolos únicamente en base a los
zapatos que vieron.
Tras comparar los resultados de los tres grupos, encontraron
que la gente puede detectar características con un 45% de exactitud,
particularmente en cosas como edad, sexo, e ingresos.
Los
hombres tienden a usar más zapatos de marca, las mujeres zapatos más incómodos,
los más pudientes calzan a la moda.
Lo que más sorprendió, sin embargo, fue cómo se podían
detectar rasgos de personalidad como amabilidad, inseguridad, ansiedad,
aislamiento.
"Observamos una correlación entre las medidas que les
dieron y sus personalidades". "Encontramos, por ejemplo, que los que
usan zapatos de bota alta tienden a ser menos amables, menos simpáticos,
inclinados a evadir relaciones íntimas".
Esa preocupación que pueden generar las relaciones íntimas
-que la pareja lo va a abandonar a uno o no lo ama lo suficiente- es una
ansiedad que un individuo no manifiesta externamente, afirma el académico. Es
algo que usualmente surge en una sesión de preguntas y respuestas.
"En
nuestro estudio la ansiedad se pudo detectar en los zapatos". "Está
correlacionado al color. Entre más coloridos son los zapatos, menos afectado se
está por la ansiedad causada por las relaciones íntimas".
En ese mismo ámbito, el estudio también pudo establecer una
conexión entre varios otros factores: las botas de montañismo generalmente
pertenecen a personalidades testarudas y los tacones, entre más altos menos
emocionalmente estable es la persona.
"Algunas observaciones tienen que ver con el sentido
común y otras son más sorprendentes. Pero, en general, se puede mirar los
zapatos de alguien y hacerse una idea de la personalidad".
Aunque los zapatos pueden dar una señal de nuestra
personalidad, hay quienes creen que también sirven para ocultar la identidad
interior del individuo, su "yo" verdadero.
Los zapatos pueden reflejar dinero, estatus y la imagen que
alguien le gustaría proyectar pero no su felicidad, satisfacción o propósito en
la vida.
"Conocemos personas todos los días y tenemos la
sensación de que no están mostrando todo lo que son, hay algo escondido debajo
de la superficie". "Pueden
aparentar estar completos calzando sus zapatos brillantes. Pero lo que hay
dentro del zapato es de lo que no nos damos cuenta".
"Cambié mis tacones de ejecutiva por botas de
montañismo y me fui en una aventura hace unos 10 años, después de querer
encontrar algo más", confesó la experta. "Al cambiar mis zapatos
me di cuenta que podíamos cambiar nuestra perspectiva de la vida, nuestros
sueños y toda la manera de pensar en cómo que somos y lo que podemos alcanzar
en la vida".
Los
zapatos frecuentemente nos atrapan en una rutina y el cambio puede ayudarnos a
realizarnos como personas.
"Cambia
tus zapatos para verte a ti mismo de manera diferente y métete en los zapatos
de otro para ver el mundo desde otra perspectiva", aconseja.
El cambio, sin embargo, no tiene que ser en una sola
dirección. Otras facetas de
la personalidad se pueden despertar, al tiempo que se exploran otras
experiencias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios