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Poéticos y Sapienciales > Eclesiastés > Todo tiene su tiempo (21:3:1 -
21:3:15)
Todo
tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora:
Tiempo
de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado;
tiempo
de matar y tiempo de sanar; tiempo de destruir y tiempo de construir;
tiempo
de llorar y tiempo de reír; tiempo de estar de duelo y tiempo de bailar;
tiempo
de esparcir piedras y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar y tiempo de
dejar de abrazar;
tiempo
de buscar y tiempo de perder; tiempo de guardar y tiempo de arrojar;
tiempo
de romper y tiempo de coser; tiempo de callar y tiempo de hablar;
tiempo
de amar y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra y tiempo de paz.
¿Qué provecho saca el que hace algo, de aquello en que se
afana?
He
considerado la tarea que Dios ha dado a los hijos del hombre, para que se
ocupen en ella.
Todo lo hizo hermoso en su
tiempo; también ha puesto eternidad en el corazón de ellos, de modo que el
hombre no alcanza a comprender la obra que Dios ha hecho desde el principio
hasta el fin.
Yo sé que no hay cosa mejor para
el hombre que alegrarse y pasarlo bien en su vida.
Y también, que es un don de Dios
que todo hombre coma y beba y goce del fruto de todo su duro trabajo.
Sé que todo
lo que Dios hace permanecerá para siempre. Sobre ello no hay que añadir,
ni de ello hay que disminuir. Así lo ha hecho Dios, para que los hombres teman
delante de él.
Aquello que fue ya es, y lo que
ha de ser ya fue. Dios recupera lo que ya pasó.
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