El arte kintsugi es una antigua técnica
japonesa que consiste en reparar objetos rotos con un material dorado o de
color plateado, creando un aspecto único y hermoso. En lugar de ocultar o disimular las
grietas o las roturas, se
las destaca y se las convierte en una parte integral de la pieza, creando algo nuevo y bello a
partir de lo que antes era considerado un defecto o un desperdicio.
El arte kintsugi simboliza la idea de que la belleza puede surgir de las experiencias difíciles y que las cicatrices pueden ser un recordatorio de la resiliencia y la superación. Esta filosofía puede ser aplicada a nuestras propias vidas, ayudándonos a ver las dificultades como oportunidades para crecer y transformarnos en algo mejor.
Para aplicar el kintsugi en tu vida, puedes empezar por adoptar una actitud más positiva hacia los desafíos y las dificultades que enfrentas. En lugar de verlos como un fracaso o como algo negativo, trata de verlos como oportunidades para aprender y crecer. Aprende a aceptar tus cicatrices emocionales y a no tener miedo de mostrarlas y compartirlas con los demás.
También puedes practicar el kintsugi en tus relaciones, tratando de reparar las grietas y las roturas en lugar de abandonar o ignorar las dificultades. Aprende a perdonar y a ser perdonado, y trata de encontrar la belleza en las diferencias y las imperfecciones de los demás.
REFLEXION:
Hace años una sabia educadora llevó a 10 niños a una caminata por la playa y por un bosque cercano.
Cada uno llevaba una bolsa en la que debía recoger al menos 10 cosas pequeñas que le llamaran la atención.
Los invitó también a tomar 10 fotos en sus celulares de lo mas hermoso que viera en la naturaleza.
Cuando llegaron al salón cada uno fue mostrando lo que había hecho y debían evaluar y dar medallas de oro, plata y bronce a los mejores.
El tercer premio fue para un niño que vio belleza en lo más insignificante y que, en apariencia, no era bonito ni agradable.
La plata se la llevó una jovencita que supo valorar por igual pequeñas piedras, hojas, tierra y varios insectos.
El oro fue para Akira, una pequeña japonesa que asombró a todos destacando algunas cosas rotas o podridas.
Ese día todos se enamoraron del arte llamado Kintsugi.
Sé curioso, busca en internet lo que esa niña enseñó y aplícalo en tu vivir.
El arte kintsugi simboliza la idea de que la belleza puede surgir de las experiencias difíciles y que las cicatrices pueden ser un recordatorio de la resiliencia y la superación. Esta filosofía puede ser aplicada a nuestras propias vidas, ayudándonos a ver las dificultades como oportunidades para crecer y transformarnos en algo mejor.
Para aplicar el kintsugi en tu vida, puedes empezar por adoptar una actitud más positiva hacia los desafíos y las dificultades que enfrentas. En lugar de verlos como un fracaso o como algo negativo, trata de verlos como oportunidades para aprender y crecer. Aprende a aceptar tus cicatrices emocionales y a no tener miedo de mostrarlas y compartirlas con los demás.
También puedes practicar el kintsugi en tus relaciones, tratando de reparar las grietas y las roturas en lugar de abandonar o ignorar las dificultades. Aprende a perdonar y a ser perdonado, y trata de encontrar la belleza en las diferencias y las imperfecciones de los demás.
REFLEXION:
Hace años una sabia educadora llevó a 10 niños a una caminata por la playa y por un bosque cercano.
Cada uno llevaba una bolsa en la que debía recoger al menos 10 cosas pequeñas que le llamaran la atención.
Los invitó también a tomar 10 fotos en sus celulares de lo mas hermoso que viera en la naturaleza.
Cuando llegaron al salón cada uno fue mostrando lo que había hecho y debían evaluar y dar medallas de oro, plata y bronce a los mejores.
El tercer premio fue para un niño que vio belleza en lo más insignificante y que, en apariencia, no era bonito ni agradable.
La plata se la llevó una jovencita que supo valorar por igual pequeñas piedras, hojas, tierra y varios insectos.
El oro fue para Akira, una pequeña japonesa que asombró a todos destacando algunas cosas rotas o podridas.
Ese día todos se enamoraron del arte llamado Kintsugi.
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