Para que el asado sea espectacular y
guste a todos, el asado debe ser suculento. Es una pesadilla realizar unos
cortes de carnes asados duros y secos.
Para
evitarlo debes entender algunos
puntos básicos para que nuestra carne quede tierna, jugosa y por supuesto
deliciosa.
Es el
ritual argentino por excelencia. Uno lo idea, entre varios lo materializan y se
pone en marcha. Está la persona que compra la carne y la bebida, la que se ofrece
a cocinarlo y también el espectador, aquel que va a ser parte de la previa, del
durante y del después, pero no aporta nada más que la presencia y las ganas de
comer.
El asado tiene tantos secretos como
seres humanos que lo preparan. Cada uno con su librito: la forma de encender el
fuego, los ingredientes que conforman la picada, la bebida que está permitida y
los métodos necesarios para que la carne encuentre su mejor sabor son algunas
de las responsabilidades a las que el asador no le puede escapar.
Para
que tu próxima carne de asado sea tan jugosa como quieran tus invitados,
tendrás que implementar
algunas técnicas muy prácticas y fáciles de implementar. Cuatro
habilidades básicas.
La parrilla debe estar caliente desde
el principio.
Se recomienda calentar la parrilla mientras las brasas aumentan su fuerza para mantener la carne en buen y delicado contacto con la temperatura para formar un ligero efecto protector, de manera que el jugo quede en el bloque y no se pierda al exterior.
Carne sellada:
Otra forma de evitar que se pierda el jugo es sellar la carne. Esto se debe a la exposición de la carne a altas temperaturas, que secan el jugo exterior y forman una costra que protege el interior. Después de este proceso, hacerlo a la temperatura adecuada.
El braseado:
Esta técnica consiste en tratar de crear un ambiente húmedo alrededor la carne. Una vez que la carne está en la parrilla podemos bañarlo delicadamente con algún caldo o vino para que enriquezca su sabor. El caldo permite humidificar la carne, mientras que el vino contribuye a mantener los jugo. Con esto la carne mantendrá su jugo y tendrá un buen sabor.
Desglasar los jugos: El desglasado consiste en recuperar todos los jugos que se pierden durante la cocción. Para realizar el desglasado, debemos quitar la carne de la parrilla, dejarla reposar por unos minutos para luego rociarlo con algún caldo o un vaso de vino antes de llevarlo al plato, con esta técnica, nuestro asado será bien jugoso y tierno.
Como conseguir carnes jugosas según su tipo
Para tener carnes jugosas de acuerdo a
su tipo, debemos conocer cómo cada una de ellas responde a las brasas. No es lo mismo cocinar carne de
pollo, que de ternera. Por eso es importante ajustar los tiempos y la
temperatura al tamaño de los cortes y al tipo de animal.
Vacuna
Para cocinar carne de vaca debemos untarlos con un poco de aceite o manteca, luego salarlos y tirarlos a la parrilla. Luego podríamos rociarlo con un poco de vino y otro de agua, mientras los cortes se cocinan durante aproximadamente dos horas. A esto no se lo debe agregar aditivos extraños, ya que se debe cocinar en un ambiente seco para que realce su sabor.
Cordero
De por sí, la carne de cordero ya es grasosa y ayuda a que tenga mucho jugo. Para potenciar esta virtud debemos untarlo con un poco de manteca, mientras salamos la superficie. Cuando la cocción este a medio camino damos la vuelta al animal para que se dore por ambos lados. En el caso del cordero es obligatorio que conserve el calor, ya que cuando se enfría no queda nada apetecible.
Cerdo
La carne de cerdo es la que contiene una mayor cantidad de grasa entre todas, para mantener todos sus jugos solo nos bastaría con realizar un buen salado y rociarla con un poco de cerveza. El cerdo debe ser cocinado con un fuego bien fuerte durante aproximadamente 2 horas y un poco más.
Aves
Cuando vamos a cocinar aves de gran tamaño, lo que debemos hacer para mantener sus jugos es envolverla con algún papel especial como el aluminio y los bridamos con un cordón de cocina. Con esto se consigue que la piel del ave no se rompa rápidamente, haciendo su carne más jugosa de lo habitual.
Para
cocinar un pollo a la parrilla, debemos salarlo y colocar en su interior un
diente de ajo, además de un medio limón. A medida que se va cocinando, podemos
humedecer la carne con sus propios jugos, esto ya sería opcional, pues te
faltará mucho para conseguir un rico asado de pollo.
Se recomienda calentar la parrilla mientras las brasas aumentan su fuerza para mantener la carne en buen y delicado contacto con la temperatura para formar un ligero efecto protector, de manera que el jugo quede en el bloque y no se pierda al exterior.
Otra forma de evitar que se pierda el jugo es sellar la carne. Esto se debe a la exposición de la carne a altas temperaturas, que secan el jugo exterior y forman una costra que protege el interior. Después de este proceso, hacerlo a la temperatura adecuada.
Esta técnica consiste en tratar de crear un ambiente húmedo alrededor la carne. Una vez que la carne está en la parrilla podemos bañarlo delicadamente con algún caldo o vino para que enriquezca su sabor. El caldo permite humidificar la carne, mientras que el vino contribuye a mantener los jugo. Con esto la carne mantendrá su jugo y tendrá un buen sabor.
Desglasar los jugos: El desglasado consiste en recuperar todos los jugos que se pierden durante la cocción. Para realizar el desglasado, debemos quitar la carne de la parrilla, dejarla reposar por unos minutos para luego rociarlo con algún caldo o un vaso de vino antes de llevarlo al plato, con esta técnica, nuestro asado será bien jugoso y tierno.
Como conseguir carnes jugosas según su tipo
Para cocinar carne de vaca debemos untarlos con un poco de aceite o manteca, luego salarlos y tirarlos a la parrilla. Luego podríamos rociarlo con un poco de vino y otro de agua, mientras los cortes se cocinan durante aproximadamente dos horas. A esto no se lo debe agregar aditivos extraños, ya que se debe cocinar en un ambiente seco para que realce su sabor.
De por sí, la carne de cordero ya es grasosa y ayuda a que tenga mucho jugo. Para potenciar esta virtud debemos untarlo con un poco de manteca, mientras salamos la superficie. Cuando la cocción este a medio camino damos la vuelta al animal para que se dore por ambos lados. En el caso del cordero es obligatorio que conserve el calor, ya que cuando se enfría no queda nada apetecible.
La carne de cerdo es la que contiene una mayor cantidad de grasa entre todas, para mantener todos sus jugos solo nos bastaría con realizar un buen salado y rociarla con un poco de cerveza. El cerdo debe ser cocinado con un fuego bien fuerte durante aproximadamente 2 horas y un poco más.
Cuando vamos a cocinar aves de gran tamaño, lo que debemos hacer para mantener sus jugos es envolverla con algún papel especial como el aluminio y los bridamos con un cordón de cocina. Con esto se consigue que la piel del ave no se rompa rápidamente, haciendo su carne más jugosa de lo habitual.
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