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A los 20 valiente, a los 30 casados, y a los 40 rico; si este dicho no
se cumple, este gallo clavo el pico.
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El nuevo paga novicial.
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Ni caldo recalentado ni amigo reconciliado.
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El buen vino no merece probarlo, quien no sabe
paladearlo.
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En casa del jabonero: el que no cae, resbala.
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El que manda, no va.
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A otro perro con ese hueso.
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Capa de pecadores es la noche, señores.
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Por mi dinero entro y salgo, luzco y valgo.
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Sálvese el que pueda que la barca está haciendo
agua.
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Cuando el malo es remalo, de nada sirve el palo.
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Nadie tira piedras a su tejado.
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A todo puerco gordo le llega su San Martín.
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Lo quiere como la mula a la carreta.
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Jugar y perder, bien puede suceder.
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El que no está hecho a bragas, las costuras le
hacen llagas.
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El mal tiempo trae bienes consigo: huyen las
moscas y los falsos amigos.
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Más vale un hoy, que diez mañanas.
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Al pan se arrima el perro.
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No se puede repicar y andar en la procesión.
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Las tres cosas más difíciles de esta vida son:
guardar un secreto, perdonar un agravio y aprovechar el tiempo.
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El que algo quiere, algo le cuesta.
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El oro hace poderoso, pero no dichoso.
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El dar, es honor; el pedir, dolor.
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Además de cornudos, apaleados.
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No es más sabio el que más sabe, si no el que
menos ignora.
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Cielo emborregado, a los tres días, suelo
mojado.
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Esconder la ignorancia es hacerla creer.
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Nadar contra la corriente.
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La basura se deja solo a quienes trabajan con
ella.
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Amor no quita conocimiento.
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Buey harto no es comedor.
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Si hay trato, amigos pueden ser el perro y el
gato.
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De padres cantores, hijos jilgueros.
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Al peligro con tiento, y al remedio, con tiempo.
Al perro muerto, échale del huerto.
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En enero, suda el fresno.
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Médico cúrate a ti mismo.
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El dinero corrompe al hombre.
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Nadie se ha pelao por pedir.
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Cada cosa en su tiempo y los nabos en adviento.
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Ahogado el niño tapan el pozo.
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A río revuelto, ganancia de pescadores.
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El vino se hizo para los reyes y el agua para
los bueyes.
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Norte claro, sur oscuro; temporal seguro.
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Mas vale pájaro en mano, que cien volando.