“Benditos sean los que llegan a nuestra vida en silencio,
con pasos suaves para no
despertar nuestros dolores, no despertar nuestros fantasmas, no resucitar
nuestros miedos.
Benditos sean los que se dirigen con suavidad y gentileza, hablando el idioma de la paz
para no asustar a nuestra alma.
Benditos sean los que tocan nuestro corazón
con cariño, nos miran con respeto y nos aceptan enteros con todos nuestros errores e imperfecciones.
Benditos sean los que pudiendo ser cualquier cosa en nuestra vida, escogen ser generosos.
Benditos sean esos iluminados que nos llegan como un ángel, como colibrí en
una flor, que dan alas a nuestros sueños y que, teniendo la libertad para irse, escogen quedarse
a hacer nido.
La
mayoría de las veces llamamos a estas personas *"Amigos!!*
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