Combinando
ciertos alimentos estrellas de la dieta
mediterránea y la oriental reforzarás tus armas frente al cáncer de mama.
Aceite
de oliva. Sustituir aceites de baja calidad, mantequilla, etc., por el
consumo de aceite de oliva virgen reduce en un 25% el riesgo de que se inicie
un cáncer de mama.
Ajo.
Es, junto con la cebolla, otro buen preventivo. Su gran baza: reforzar las
defensas, las responsables de detener a tiempo las células mutadas.
Té
verde: Dos tazas al día de esta popular infusión oriental previene el
cáncer de mama, especialmente en mujeres con sobrepeso o fumadoras.
Soja.
Su ingesta reduce el riesgo que las células se dividan sin control,
disminuyendo de cinco a ocho veces la probabilidad de sufrir un tumor en el
pecho.
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