Hoy
tomo consciencia de que para ser feliz tengo que estar siempre atento y alerta
en el aquí y en el ahora.
Se me embolata la atención si dejo que mi mente esté anclada en el pasado pensando
en lo que fue o pudo haber sido.
Mi
regalo de amor es sanar el ayer, perdonarme, perdonar, desterrar las culpas y estar sólo en el ahora.
Al mismo tiempo decido fortalecer mi amor y mi fe ya que esos son
los antídotos que vencen los temores sobre un futuro incierto.
Si mi confianza en ti, Dios mío, es tan fuerte como el
acero, veo que los miedos
se desvanecen cuando mi amor y mi fe crecen.
Hoy
me acepto como soy, me amo, me valoro y decido dar lo máximo con mis talentos
sin envidiar los de los demás.
Mi
paz florece al perdonar, mi poder está en una fe firme y mi misión es solo una: Amarme y amar de verdad a los
otros
Gracias,
Dios de amor, tú eres mi guía y mi fuerza, mi oasis y mi tesoro, mi
fuente de la más bella energía.
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