Nashma
Brou, psicóloga y terapeuta de pareja, revela cuáles son los tres ingredientes
que forman parte de una relación de pareja completa y estable
A
menudo nos referimos al amor de pareja como si fuera un sentimiento ciego o
incluso irracional. Pero
esto sucede porque tendemos a confundirlo con el enamoramiento, un estado
emocional que es capaz de crear un auténtico caos en nuestro interior.
Pero, en realidad el amor
de pareja es tranquilo, seguro, amable y considerado. Y, aunque asegura que el amor
perfecto no existe, sí que está convencida de que podemos lograr un amor
completo. ¿Cómo? Procurando cuidar estos tres ingredientes para que siempre estén presentes
en la relación.
Uno
de los elementos es el 'eros', que está relacionado con conceptos como la
atracción, el erotismo, el sexo y el deseo. «Es un elemento que empuja y
que impulsa». Otro de los
ingredientes esenciales es la llamada 'philia', que tiene que ver con la
amistad, la comunicación, la confianza y con la necesidad de compartir
proyectos. «Este es el que nos hace pensar y conectar con el otro»,
afirma. Y en tercer lugar, aunque no tiene por qué ser ni el más ni el menos
importante, tendría que estar presente el 'ágape', que hace referencia a la
ternura, la compasión y la dulzura. «Es lo que nos une altruistamente al otro».
«Cuando
una relación de pareja contiene estos tres elementos o ingredientes de forma
regular es cuando se siente completa y estable», asegura. Sin embargo
aclara que, a la hora de incluir estos ingredientes en la relación, cada pareja tendrá que
determinar cuál es la combinación que les funciona, pues en unos casos
estará más presente un elemento y en otros casos, será otro, pero lo que sí que
está claro, es que los tres
deben estar presentes porque si falta uno de ellos, no podríamos hablar
de un amor completo. Por ejemplo, si en una relación está presente la pasión y
también la ternura, pero
no hay amistad ni proyectos de vida en común, podría decirse, que esa relación no solo no es
completa sino que «cojea».
Los
lenguajes del amor
Pero
además de contener estos ingredientes el amor no debe ser algo estático, sino
dinámico, pues es aconsejable hacer tareas diarias de cuidado y mantenimiento.
«Me gusta comparar el amor de pareja con una casa que no podemos dejar
abandonada porque si lo hacemos no sentiremos que es nuestro hogar ni estaremos
a gusto en ella. Hay que
limpiarla, cuidarla, decorarla, arreglar lo que no funciona, pintarla cuando
las paredes se vuelven oscuras...». Y en esa labor de mantenimiento cada pareja tiene que
buscar sus propios códigos o su propio lenguaje del amor.
Son
cinco formas de dar y recibir amor. Una de ellas es la expresión del amor de
forma verbal (decir palabras bonitas al otro y sentiro placer al
escucharlas). Otra es el
tiempo de calidad (valorar el disfrute de actividades juntos, de
encontrar momentos de intimidad y de sentirse priorizados en la agenda de la
persona que aman). Otra
forma de expresar amor se realiza a través de la entrega de regalos o detalles
(dar atenciones materiales y sorpresas emocionales). También estaría el modo de expresar amor en forma
de favores o actos de servicio (que es aquella en la que se valora por
encima de todo hacer algo por el otro). Y por último, un quinto lenguaje del amor sería aquel que se
expresa a través del contacto físico (abrazos, caricias, besos, masajes,
roces...). Así, a la hora de cuidar y regar el amor, se considera importante que cada uno de los
miembros de la pareja sea consciente no solo de la forma de expresar amor que
más le hace feliz al otro, sino también la que le hace feliz a él mismo.
La
vulnerabilidad que une
La
comunicación y la confianza son palabras que se citan habitualmente cuando se
habla de los pilares en la pareja. Pero a la hora de referirse a estos
conceptos la psicóloga incide en la importancia de ir más allá de la
comunicación para adentrarse en la conexión. «La comunicación profunda o conexión implica indagar,
profundizar, interesarse por el otro de verdad, saber lo que le gusta y lo que
no y también entender sus partes oscuras.
Encontramos
el amor cuando conectamos profundamente con una persona y para ello es
importante exponerse emocionalmente al otro o, en definitiva, mostrar nuestra
vulnerabilidad. Desde la vulnerabilidad conectamos profundamente con el
otro y de ahí es de donde nace el amor. En una relación de pareja es
fundamental la conexión con la vulnerabilidad del otro», argumenta.
Por tanto, si la comunicación ha de ser profunda uno de los aspectos que cobra aún
más importancia es la necesidad de entrenar, practicar y perfeccionar la
'escucha activa', que implica no juzgar y no intervenir, sino
interesarse de verdad por el otro y por lo que le preocupa o le hace feliz. En
este sentido la experta hace un matiz interesante que ha podido comprobar en la
consulta durante sus terapias de pareja pues, tal como asegura, hombres y
mujeres gestionan la empatía con el otro de un modo muy distinto («No es una cuestión de género,
sino más bien un aspecto relacionado con las distintas áreas que se activan en
el cerebro en hombres y mujeres ante situaciones similares», aclara).
Así, la psicóloga revela que mientras que ellos suelen intentar a menudo dar una solución
práctica a las preocupaciones o los temas que les plantean, ellas solo
buscan compartir lo que sienten, sentirse comprendidas o incluso desahogarse. «No quieren soluciones sino
alivio y comprensión».
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