El
objetivo en la vida no es tanto alcanzar las metas que nos proponemos, sino
disfrutar del viaje que nos conduce a ellas.
"Tanta
urgencia tenemos por hacer las cosas, que olvidamos lo único importante:
vivir", advertía el novelista escocés Robert Louis Stevenson allá
por el siglo XIX.
Déjate
sorprender. Fluir
por la vida sin forzar la marcha, abiertos a lo imprevisible, es más
enriquecedor que programar los momentos en que se supne que debemos ser felices:
fines de semana, vacaciones, etc. El filósofo Sóflocles decía que la alegría más grande es siempre
la inesperada.
Sin
expectativas. Ramiro Calle recoge en "101 cuentos clásicos"
una historia que ilustra lo importante que es avanzar haca nuestros deseos sin
cargar con el peso de las expectativas. Un hombre del interior de la India decidió que no quería
morir sin haber visto el mar. Para cumplir su sueño, trabajó duro y, tras
muchos años de esfuerzas, un día consiguió subirse al tren que lo llevaría hasta
él. Se acercó a la playa y observe el maravilloso espectáculo:¡Qué olas
tan mansas! ¡Qué espuma tan hermosa! ¡Qué agua tan bella! Entusiasmado, camino
hasta la orilla, cogió agua con su manos para degustarla y, decepcionado, pensó:
"Que pena que sepa tan mal con lo hermosa que es".
Atento
a los detalles. Otra
buena táctica es mirarlo todo con la curiosidad de un niño. "La
costumbre nos hace ver las cosas al por mayor", afirma el filósofo José
Antonio Marina. Rompe con la rutina y, cuando vayas al trabajo, por ejemplo,
coge un camino diferente y distráete con todos esos detalles mínimos,
maravillas intrascendentes y pequeños Milagros que tiene la vida-una
interesante charla con un desconocido, la variedad de colores de un jardín...-Este ejercicio te hará descubrir
la novedad yla belleza en lo cotidiano.
El
valor de lo pequeño. Otro sabio consejo de un monje budista que enseña
la filosofía zen a través de la cocina es "trata a los alimentos como si fuesen algo
precioso", una joya, por ejemplo. Si aplicas ese punto de vista al
cuidado de tus cosasy a tus relaciones, les concederás un nuevo valor.
Positiviza.
Para que las pequeñas alegrías no se te escapen comparte con tu entorno esos
momentos enriquecedores que te ha dado el día. Si ejercitas esa nueva manera de
contemplar tu vida, muy pronto se convertirá en la formula natural de ver las
cosas.
"
El verdadero viaje del descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes,
sino en mirar con nuevos ojos". -
Manuel Proust, novelista francés.
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