En un campo de concentración nazi el gran
siquiatra Victor Frankl decretó: "no me suicidaré como muchos compañeros.
"Aprenderé algo en
este terrible lugar para el servicio de la humanidad y atenderé a otros como
médico y psicoterapeuta".
Comía solo un caldo aguado
y un poco de pan, y trabajaba largas jornadas en climas extremos.
Estos fueron sus apoyos para sobrevivir:
- El amor a su familia y su esposa le dio fuerza para
continuar.
Por eso dijo: "el amor es la meta más elevada y da sentido al
vivir".
- La vivencia de la
naturaleza: admiraba los atardeceres en el bosque y todo lo hermoso que
veía.
- El arte: reunía a
los otros para recitar poesías, cantar o recordar obras de teatro.
- El humor:
contaban chistes y se alegraban si las sirenas anunciaban bombardeos ya que
interrumpían el arduo trabajo.
- El perdón: no
alimentó odios y vivía el ahora enriqueciéndolo con vivencias anteriores.
- La espiritualidad:
Oraba sin cesar y cantaban los salmos en hebreo.
Su fe fue un apoyo vital.
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