El
buen humor une a las personas, alegra, es terapéutico y es un buen antídoto
contra el tedio.
Cultívalo
riéndote de ti mismo, mirando todo lo bueno, siendo descomplicado y teniendo un
carácter afable.
No seas tan trascendental, ama la vida con la
avidez de los niños y valora
las pequeñas cosas.
La terapia de la risa ha curado a muchos y el buen humor es como una
soldadura en las relaciones.
Alégrate
con apuntes graciosos que te reconcilian con la vida:
Hay tres modos de que algo se haga: hacerlo uno mismo, pagar a otro para que lo haga, o prohibir a los
hijos hacerlo.
La comida más
peligrosa es el pastel de
boda.
El amor es ciego, pero los vecinos no.
Mi marido y yo nos
divorciamos por diferencias religiosas: él creía que era Dios,
y yo no.
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