Nombre
real: Carlo Pagliaro
Nacimiento: 26 de julio de 1941 - Nápoles, Italia
Muerte:
27 de marzo de 2012 (70 años) Buenos Aires, Argentina
Ocupación Cantautor, Intérprete
Género:
Melódico
Instrumentos:
La Voz y su guitarra
Gian
Franco Pagliaro, fue un cantautor italiano radicado en Argentina, famoso en
toda Latinoamérica.
Intérprete, declamador, poeta, músico y actor.
Gran
protagonista de la década del 70 y de la canción de protesta cantada en
castellano.
Se definía como un tipo difícil de manejar,
contradictorio, polémico, sin pelos en la lengua, que supo triunfar y supo cuestionarse
y – por qué no – equivocarse.
Una mezcla de agresividad y ternura, de permanencia
y ocaso. Querido, valorado y rechazado, quizás por su costumbre empecinada de
no parecerse demasiado a nadie en especial, de no seguir modas en particular, o
de ser sincero en lugares en que eso es un defecto.
Un tipo golpeado profundamente que sufrió
pérdidas irreparables, que convivió ásperamente con la proximidad de la muerte,
desde la vida. Un tipo accesible, a mano, al que uno podía encontrárselo en
cualquier calle o en un café, conversando con amigos íntimos o con los
desconocidos más elementales, sobre lo que sea, pero, sobre todo, de la vida,
de música y poesía.
Para
algunos era un cantante romántico, melódico, tal vez por tradición itálica. En
esa línea romántica cantó temas inolvidables como “Amigos míos me enamore”, “Todos
los barcos”, “No te vayas entonces”, “Vendrás con el mar”, “las uvas y el sol” y
etc. Otros, en cambio, han querido señalarlo como
representante de la línea de protesta, incluso politizada, porque es el autor
de canciones fundamentales e históricas como “Yo te nombro”, “La balada del
boludo”, “Las cosas que me alejan de ti”, “Confesiones de un ex “, etc.
A
simple vista, la primera impresión que se tenía de Pagliaro, era de sinceridad. La segunda impresión, era que no se guarda casi nada y que le importaba
un pito lo que pensaban los “otros” de él.
No seguía las modas, tampoco las imponía, tenía
un estilo propio con un timbre áspero, sucio, ronco y poco musical.
Sus últimos discos fueron: “Cantautores
Queridos”, “Antología italiana” y “La voz de los poetas”
Asiduo lector de poesía, fue un musicalizador
de Martí, Darío, Pablo Neruda, Almafuerte, Gustavo Adolfo Bécquer, Franz Tamayo.
Otros temas fueron: Cómo explicarte que te
quiero/ aunque te hiera sin motivo/ solo porque me va muy mal/ tan mal que a
veces amor mío/no tengo ganas de besarte...”, ”Qué absurdo es el amor /pienso
al verme siempre aquí / sin poder ir donde quiero/ con el mar cerca de mi…”
Sus padres Francesco y Anna y sus hermanos
Antonio, Annamaría y Sonya. A los 6 años comenzó con sus estudios primarios en
una escuela de monjas en la localidad de Bagnoli. Sus inclinaciones artísticas comenzaron
a temprana edad, su habilidad en el dibujo y un oído musical lo hicieron popular
en la escuela. En su familia era cosa de todos los días cantar canzonettas,
como Tosca, La Boheme, Cavalleria Rusticana, I Pagliacci, O sole mio, Torna a
Surriento. Sus padres tenían previsto otro futuro para Carlo, querían que fuera
arquitecto, por su facilidad para el dibujo. Y él cada vez se interesaba más por
las artes.
Un día zarpan buscando otras tierras a bordo
de un transatlántico mítico en la historia de la emigración italiana, el Conte
Grande. Cruzó el Atlántico en 16 días. 16 días de mar, viento, lágrimas y una
incipiente nostalgia que sería su amiga para siempre.
Al igual que el ilustre antepasado Cristoforo
Colombo, la familia Pagliaro buscaba un nuevo continente, una tierra prometida,
el atajo hacia un destino mejor: América…
En Brasil, los Pagliaro permanecieron casi 2
años viviendo unos meses en San Paulo y el resto en Río de Janeiro. En Brasil el padre de Gian
Franco no encontró su America, alguien le dijo que América estaba en Argentina.
El padre no pudo hacer América tampoco en Argentina, se había equivocado de
continente. “Esta América del Sur no es la América del Norte - solía
decir - aquí no se habla inglés ni existe el dólar.” Aun así se quedaron. Se
quedaron a "malincuore", con desgano, con el corazón en contra o a
contramano del corazón.
Un corazón que había quedado en Nápoles, a la
orilla del Mare Nostrum, el Mediterráneo, ese mar que luego aparece
insistentemente en las canciones de Pagliaro. No estaba en los planes de Gian Franco cantar, el padre
quería a toda costa un arquitecto en la familia. En realidad tampoco
estaba en los planes de Gian Franco emigrar a esta parte del mundo y quedarse
en Buenos Aires, hacer amigos porteños, aprender un idioma que no conocía,
enamorase por primera vez, comprometerse con el país, con el continente latino
americano, con los movimientos políticos de entonces, con las utopías,
descubrir el tango y su parentesco con la canzonetta napolitana.
No
estaba en ningún proyecto de la familia Pagliaro echar raíces en una tierra más
"italiana" que su propia tierra. Cuando Gian Franco comenzó a cantar
con su voz ronca y quebrada por tantas rupturas, tan solo quería cantar y dar
rienda suelta a sus sentimientos. Y lo hizo en italiano,
su idioma natal. Al quedarse en la Argentina decidió cantar en castellano
contra la voluntad de su papá, quien sostenía que al cantar en castellano,
perdía el encanto y las ventajas de la "incomprensión".
La idea de regresar a Italia seguía latente.
Había que continuar los estudios en italiano por si acaso... Papá Francesco entonces contrata
un profesor italiano: el “Profesor Ginobili, licenciado en lengua italiana,
literatura latina, griega, en filosofía y en historia del arte. El encuentro
con el profesor Ginobili fue fundamental en la vida y en la futura carrera de
Gian Franco Pagliaro.
En 1965 su íntimo amigo, Eduardo Costabile, le
consigue un contrato en un piano bar. Otro amigo y cantante, Marty Cosens le
consigue un contacto en la televisión y otro le presenta un personaje de la
radio muy influyente. Vocaliza unos meses con un maestro de canto, luego
algunos meses más con otro maestro y más tarde con un maestro de canto popular
que le enseña las trampitas de la respiración. En 1967, el cantautor italiano Luigi Tenco se suicida
durante el Festival de San Remo.
Pagliaro
era un artista que nadaba contra la corriente. Transmitía,
con su particular y quebrada voz de bajo-barítono, calidez, ternura,
profundidad, sinceridad con una sensibilidad desbordante.
Comenzó a componer y grabar en castellano para
las grandes multinacionales, “Otra vez en el mismo bar”, “Todos los barcos
todos los pájaros”, “Vendrás con el mar las uvas y el sol” y era uno de los
pocos cantantes en español que se escucha en todas partes.
El 23 de febrero de 1970 se casa con Elena
Faccendini, la novia que creyó en él y que la recompensó casándose con ella
para siempre. En septiembre de 1970, gana el IV Festival Buenos Aires de la
Canción, con su tema “Las cosas que me alejan de ti”.
La Sociedad Argentina de Locutores amenaza con
querellarlo por infamia y calumnias. En realidad hay quienes se inquietan o se
irritan porque, a veces, la irreverencia de Pagliaro parece no reconocer
inmunidades y alcanzar a todos, hasta a los que piensan fundamentalmente como
él. Eso lo llevó a
convertirse en el porta estandarte de la canción de protesta en aquellos años
de luchas y utopías, el pensar en voz alta no era conveniente y Gian Franco lo
hacia, pensaba en voz alta, también escribía y cantaba libremente. Hasta
1973 – cuando anuncia que, en adelante, cantará sólo temas de amor, promesa que
cumple a medias -- Pagliaro posiciona su perfil contestatario, convirtiéndose
en protagonista de un movimiento musical comprometido con las raíces, con lo
político y los derechos del hombre: la nueva canción latinoamericana. Asiste y
canta en cada festival, concierto, evento, organizado por los partidos
proscriptos y organizaciones de derechos humanos.
Con el tiempo “Yo te nombro” o si prefieren,
“Yo te nombro Libertad”, se convertiría en una de las canciones más
emblemáticas de los setenta y la más utilizada por los partidos de izquierda y
organizaciones revolucionarias y también la más cantada: “por el pájaro
enjaulado/por el pez en la pecera/por mi amigo que está preso/porque ha dicho
lo que piensa/yo te nombro Libertad...”
El 9 de diciembre del año 1971 nace su primera
hija, Sonya Melisanda, dos años más tarde nace la segunda hija, Laura.
Durante la época de dictadura de Augusto
Pinochet, Pagliaro fue prohibido en Chile. Cinco años después en Buenos Aires, y
su mujer Verónica, el hermano de su mujer, la novia del hermano de su mujer,
fueron secuestrados y desaparecidos.
Para 1974 Gian Franco era, a pesar de las
prohibiciones, de sus propios desmanes, de su personalidad polémica e impulsiva
y de la censura, un cantautor de gran fama, exitoso y un referente y
protagonista de la música argentina de esos años que se debatía entre lo
comercial y el compromiso, entre la canción pasatista y la canción de protesta.
Los
temas que le han dado fama y respeto son: “todos los barcos”, “vendras con el
mar”, “las cosas que me alejan de ti”, “yo te nombro libertad”, “amigos mios me
enamore”, “no te vayas entonces”, “si me olvidas te olvido”, “la balada del
boludo”
Del
76 al 79 Gian Franco Pagliaro, estuvo viajando, cantando, exiliándose y
accidentándose por América. En 1976 un tema suyo “Todos
los barcos”, grabado en 1970, fue un éxito en América
El poema más conocido fue YO TE NOMBRO
LIBERTAD
Fue el primer artista que la Sociedad
Argentina de Locutores quiso querellar y declararlo persona no grata para
expulsarlo de Argentina.
Fue el artista más cuestionado de su
generación en los años setenta.
Fue
el artista que ostentó menos apariciones en la televisión argentina.
Pagliaro
sacó del anonimato a la canción de protesta llevándola a un nivel masivo. Un artista prohibido por viejos y nuevos motivos que nadie explica.
Lo bueno de un cantante es de que su memoria es recordada y empieza una segunda fase q se aferra a la vida de dejar un legado y los fans la cantamos todos los días, yo me resisto a q se muera sus canciones estoy tratando de hacer un libro de él, con todas sus canciones voy hacer algo muy pronto esten atento, hhhectorpico@yahoo.com
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