Dios
mío, tú eres el sumo Bien y la suma Bondad, eres amor, fuerza, esperanza, mi
baluarte y mi alegría.
Eres
el Padre universal y amas a todos tus hijos
sin importar su raza, su credo o su nacionalidad.
Por eso quieres que yo sea tolerante, cree hermandad y cambie el odio por amor y
los juicios por bondad.
Eres
compasivo con mis fallas y me invitas a desterrar la culpa y vivir abierto al perdón.
Lejos de ti me rodean densas brumas y estoy condenado a
la desesperanza.
Por eso quiero estar siempre contigo.
No
permitas, Señor, que las penas me alejen de ti y dame tu fuerza
cuando estoy sin alientos y amedrentado.
Dame
siempre tu luz para poder descifrar mi sendero
y avanzar con un amor sincero y una fe superlativa.
Te amo, Dios de amor y tú me das energía para
superarme, servir y amar la vida con avidez.
Gracias por estar siempre
presente.
Por eso quiero estar siempre contigo.
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