La
práctica de asanas de yoga tiene innumerables beneficios en el cuerpo y ayuda a
tonificar diversos músculos, así que realizando ciertas posturas podemos
fortalecer los músculos de la espalda, pecho y brazos involucrados en el
amamantamiento.
También nos puede ayudar a que el útero y todos los
órganos regresen a su lugar y tamaño mucho más rápido, a eliminar la retención
innecesaria de liquido y a relajar los músculos del cuello y espalda que se
encuentran tensos por la mala postura al amamantar y por el peso de cargar al
bebé.
Otro
de los beneficios que obtenemos es aumentar la producción de leche cuando es
escasa, ya que nuestro cuerpo al
encontrarse bajo estrés, se prepara instintivamente para un estado de
emergencia para reaccionar huyendo o luchando, de esta forma se activan ciertos
mecanismos de supervivencia en el organismo en los cuales se ven involucrados
el sistema nervioso y endocrino.
El cuerpo guarda sus reservas de energía para producir
adrenalina y otras sustancias como testosterona la cual inhibe la producción de
prolactina que es la
hormona que activa las glándulas mamarias para la producción de leche.
Así que remontándonos a la época de las cavernas, la mujer tenía que salir corriendo
con el bebé en brazos para que no la atacara algún animal y el cuerpo utilizaba las
reservas de energía para correr y no para producir leche. Es decir, lo
que han cambiado son las circunstancias de la vida, el instinto y las
respuestas del cuerpo ante el estrés son las mismas.
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