Los
profesores de comercio Gary Hamel y C. K. Prahalad han escrito sobre un
experimento llevado a cabo con un grupo de monos. Es una historia real de
fracaso.
Cuatro
monos fueron puestos en un cuarto que tenía un gran palo en el centro.
Suspendido de lo más alto del palo había un racimo de bananas.
Hambriento,
uno de los monos empezó a subir por el palo para conseguir algo para comer,
pero cuando estaba por alcanzar las bananas, se le lanzó un chorro de agua
fría. Chillando, se bajó del palo y renunció a su intento de conseguir comida.
Los demás monos hicieron esfuerzos similares y cada uno
fue bañado con agua fría. Después de varios intentos, finalmente se dieron por
vencidos.
Entonces los investigadores sacaron del cuarto a uno de
los monos y lo reemplazaron por otro. En el momento en que el recién llegado
empezó a subir por el palo, los otros tres lo agarraron y lo bajaron.
Después de haber intentado subir por el palo varias veces
y de ser bajado por los otros, él finalmente se dio por vencido y no volvió a
intentar subir al palo otra vez.
Los investigadores reemplazaron a los tres monos
originales, uno por uno, y cada vez ponían un mono nuevo, el que sería bajado
del palo por los otros antes que pudiera llegar a las bananas.
Llegó el momento en que el cuarto estaba lleno de monos
que nunca habían recibido una ducha de agua fría. Ninguno trató de subir por el
palo, pero ninguno sabía por qué.
Desdichadamente, la gente que acostumbra fracasar es muy
parecida a estos monos. Cometen el mismo error una vez tras otra, aunque nunca
están seguros por qué. Y como resultado, nunca logran salir de lo que yo llamo
la supercarretera del fracaso.
El viejo dicho tiene razón: Si usted siempre hace lo que
siempre ha hecho, siempre va a obtener lo que siempre ha obtenido.
NO DEJE QUE EL FRACASO HAGA UN MONO DE USTED
Al
fracaso lo precede la soberbia humana;a los honores los precede la humildad.
Proverbios 18:12
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