Es
tentador para el humano hacerse un dios que se acomode a sus apetencias y sus
falsas creencias.
De otra
parte “el Dios de las
religiones” no es el verdadero Dios, es el que ellas crean según sus
intereses.
En toda
religión hay oro y barro, luces y sombras, y tu reto es elegir lo bueno y
desechar lo negativo.
¿Te has sentado a discernir qué es
verdadero y qué no lo es en la religión que sigues?
¿Tienes
sentido crítico o te dejaste programar para digerir sin masticar y sin
cuestionar?
Ten presente que lo único que Dios
quiere de ti es que vivas en amor y que todo lo demás está de sobra.
Sé consciente de que hay infinidad de
normas que siendo humanas te las presentan como divinas. No tragues entero, ámate y ama.
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