Relájate y haz un balance de tu vida sin culparte ni culpar, es un buen ejercicio antes de continuar tu camino .
Pregúntate:
1. ¿En qué me equivoqué?
2. ¿En qué se acertó?
3. ¿Qué dejó de hacer y cómo voy a mejorar?
Aléjate del bullicio y dedica tiempo a conocerte, estar con Dios y elaborar un plan de mejoramiento.
Ojalá no sacrifiques tu paz queriendo cambiar a los demás y acepta que eres tú quien debes transformarte.
Bucea en tu interior y elige crecer espiritualmente con disciplina, fe, meditación y buenas acciones.
No dejes que el tiempo huya y el devenir de los meses te encuentres dentro de un año igual o peor que ahora.
En vez de decir: “así soy yo”, anímate con altos ideales y podrás estar hoy mejor que ayer y mañana mejor que hoy.
Escribe lo negativo en un papel, ora con un perdón sincero y quema eso con un deseo de cancelar el ayer .
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