Suena extraño que en una ciudad tan moderna como Hong Kong muchos de
sus habitantes sean tan supersticiosos.
En cantonés, cuatro tiene un sonido similar a la palabra que se usa
para muerte y por eso ese número se evita en China.
Los números 14 y 24 se consideran aún menos
afortunados, ya que 14
suena a “seguramente morirá” y 24 a “muerte fácil”.
Edificios de departamentos, hoteles,
oficinas e incluso hospitales en la ciudad suelen saltearse pisos que contengan esos números.
“Es algo supersticioso”, dice John Choi, quien
trabaja desde hace más de 10 años en Hong Kong como maestro de feng shui.
En un edificio los pisos de 40 al 49 no existen. Terminan en el 39 y luego
empiezan de nuevo en el 50.
No hay piso 4, 14, 24 ni 54, etc.
El papel que juegan los rituales supersticiosos es el de protegerse de
la mala suerte y ganar un sentido de control sobre el entorno.
Con los actos supersticiosos la persona tiene una sensación de control y eso la hace sentir menos ansiosa o nerviosa.
Toda comparación con otros muestra poca consciencia y
además te lleva a generar una competencia nefasta.
Eres sabio si te amas, te valoras, te aceptas y no te pones ni por encima
no por debajo de los demás.
Sé consciente de que Dios va contigo con o sin
religión, ámalo,
ámate y centra tu vida en amar a los demás.
Nunca estás solo y necesitas creerlo para no
sentirte en soledad estando incluso acompañado.
En caso de que sientas temor piensa si es porque no conoces
algo, porque no confías o porque no estás en conexión con Dios.
Todo temor en el fondo es un pensamiento nada amoroso sobre ti mismo y sobre el futuro incierto.
Pon tu mente en el ahora.
Tu buen desafío es amarte más y más, confiar y mantener tu mente en el
ahora que es donde está la vida.
Antes de encarnar hiciste acuerdos de almas
con otros espíritus y un
plan de lo más importante de tu vida, no de todo.
Eres libre para vivir bien o mal.
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