LA
AUTOESTIMA: es saber que en cualquier circunstancia yo estoy en el lugar
correcto y en el momento preciso.
LA
AUTENTICIDAD: es percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no
son sino señales de que voy contra mis propias verdades.
LA
MADUREZ: es dejar de desear que mi vida fuera diferente, y comenzar a
ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento.
EL
RESPETO: es poder comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una
situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo
que no es el momento o que la persona no está preparada (tal vez yo mismo).
EL AMOR
HACIA UNO MISMO: es poder librarme de todo lo que no fuese saludable:
personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo.
LA
SIMPLICIDAD: es poder dejar de preocuparme por no tener tiempo libre y
poder desistir de hacer grandes planes y poder abandonar los mega-proyectos de
futuro. Es saber que hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta,
cuando quiero y a mi propio ritmo.
.
LA
HUMILDAD: es saber desistir de “querer tener siempre la razón” y saber que
me puedo equivocar porque no soy el “dueño de la verdad”.
SABER
VIVIR: es desistir de quedarme reviviendo el pasado y de preocuparme por
el futuro. Es saber mantenerme en el presente, que es donde la vida acontece.
Es vivir cada día.
PLENITUD:
es comprender que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo
la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Es no tener miedo
de cuestionarnos. Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.
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