En cierta ocasión un
maestro budista escuchó la charla de dos nuevos discípulos hablando de sus
planes para el futuro.
Cuando terminaron de exponer sus proyectos se acercó y con amor les habló de cuánto sufrimiento generan las expectativas:
“Esperar demasiado de los
demás y de la vida, es un camino seguro al sufrimiento porque la vida vive
cambiando los planes.
En la vida hay una ley de impermanencia, de mutaciones constantes y el sabio acepta eso sin resistirse.
Por el contrario, aquel que fantasea con las expectativas, termina soportando experiencias amargas.
Crear expectativas y alimentar sueños solo ayuda si al mismo tiempo aceptas que todo puede cambiar o fallar”.
Es una luminosa enseñanza que invita a fluir sin apegarse a nada ni a nadie, a aceptar que eres un peregrino en este plano.
Toda atadura causa dolor, toda expectativa es ilusoria y lo sabio es vivir y amar sin ego y sin apegos.
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