Según
una curiosa tradición áfrico-antillana un zombi es alguien que ha perdido la
voluntad, pero está vivo.
Algo que según el mismo Dante les sucede a
grandes pecadores que son enviados al infierno antes de morir.
Allí padecen mientras su cuerpo sigue en la
tierra y “comen, beben,
duermen y visten paños”.
Se lee
en La Divina Comedia.
Asombra ver como el literato italiano ubica en
el noveno círculo seres que perdieron el alma y siguen vivos.
La
creencia es estremecedora y uno se pregunta.
¿Cuántos zombis deambulan por calles, oficinas
y centros comerciales?
Personas
atrapadas en el mundo material con el alma muerta, lejos
de Dios, de la luz, y cerca de las sombras.
Sólo
un amor real, o sea de acciones lindas, te aleja de ese mundo alucinante; un amor compasivo, generoso y sincero.
El
cielo y el infierno son estados del alma y tú debes actuar
como un ser de luz no como un zombi o muerto viviente.
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