Esto del amor no hay quien lo entienda. Dicen, y
deben decir bien, que puede existir enamoramiento sin amor, amor sin
enamoramiento, sexo sin amor, amor sin sexo, soledad que te crió si no hallas a
tu media naranja y, misterios de la vida, pareja de dos más solos que la una.
Dicen también, y
no debe ser por decir, que el enamoramiento es eso que te pone como tonto; eso
que no te deja vivir ni comer ni rascarte en paz; eso que te lleva y que te
trae por esta calle y por la otra acera si se tercia; eso que te acelera el
pulso, que te dilata las pupilas, que te estruja el corazón, que te hace nudos
marineros en las tripas y en lo que no es las tripas; eso que te empuja al
precipicio de una boca, a la sinrazón, a mover el mundo del revés, a ir cuesta
abajo tan contento, a ver rosa lo renegrido, a morirte en vida a cada instante;
eso que visto desde fuera aburre a la oveja y al pastor, de tan cursi; eso que
se mueve por las venas sin permiso del cerebro ni de Dios ni del diablo:
mariposas en la sangre, sí señor, eso debe ser el dichoso enamoramiento.
Pero el
enamoramiento tiene una vida corta; ¡a ver qué cuerpo aguanta en feria todo el
año! En realidad, este revuelo de hormonas dura apenas unos meses. Luego, a
Dios gracias, se te cierra la boca y al menos ya no babeas en público al
pronunciar en vano el nombre del individuo o la individua que, en el mejor de
los casos, te ha puesto una temporadita cara al Sol.
El amor es otra historia. Un amor es un cimiento de
hormigón en el alma. Dicen, y no dicen por decir, que la pupa de amor es muy
mala de sanar y, que si sana, sana feo. La pupa de amor es como la artrosis:
duele con los días lluviosos, con el viento, con los cambios bruscos de
temperatura, por las mañanas, por las tardes, por las noches y cuando respiras.
Y, sin embargo,
lo que son las cosas, al amor no le gustan nada los aspavientos. Es más, si no
le tocan las narices se queda quietecito y zorruno en su rincón. Pero que nadie
se engañe: está ahí; está a las duras y a las maduras; está con pan y cebolla;
está cuando ya se te cayó el culo al suelo; está siempre y porque sí y sin
motivos para estar; está y sobrevive a esa guarra del Más Allá llamada Muerte;
está y se queda aunque uno sea un petardo que no merece que esté ni que se
quede; está y sigue estando cuando llegan las dentaduras postizas y cuando las
entradas ya no son para los toros pero sí dan la vuelta al cráneo.
Así es el amor: desinteresado hasta el absurdo,
algo que casi todos los seres humanos buscamos bajo las piedras, si bien,
otros, en cuanto el amor asoma las orejas, huimos acojo... muertos de miedo.
El amor es muy
del alma, el enamoramiento muy de la sangre, el sexo muy de los sentidos y
todos muy del hombre; conclusión, no hablemos de ninguno de los tres, vamos a
guardarlos en una cajita del corazón para que no se nos gasten, para poder
olerlos cuando seamos reviejos, para que cuando nos entierren no nos quiten lo
único que podemos llevarnos de este mundo, lo bailado.
El despelote de
los sentidos es sólo eso, el despelote de los sentidos; no le demos más
importancia porque no tiene más..., ni menos. Debajo de las sábanas existe todo
un universo en el que no debemos entrar si no hemos sido invitados.
Lo único cierto
es que todo esto del amor y sus demonios es un lío. Así que dejemos que las
mariposas de la sangre sobrevuelen el cimiento de hormigón del alma y que el
cimiento de hormigón del alma se construya en mitad del despelote de los
sentidos y que el despelote de los sentidos y el cimiento en el alma y las
mariposas de la sangre sean, juntos o por separado, muy felices y coman muchas
perdices.
Sí amigos, dicen, y seguro que aciertan, que la
vida son dos días y uno está lloviendo. Así que manos a la obra que mañana
llueve.
EN RESUMEN: TODO EL PROCESO DE ENAMORAMIENTO ES UN
CONFLICTO ENTRE LA RAZON, LOS SENTIDOS, LA QUIMICA, LOS SENTIMIENTOS, LAS
HORMONAS Y LA GENETICA…. ¿A VER QUIEN GANA?
¿Y USTED QUE OPINA?
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