Ama de verdad con ese corazón que late
cuarenta mil veces cada año en la vida que Dios te regala.
Lee lo
que dice Dios: "Quitaré
de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne".
Ezequiel 36,26.
Duro tener un corazón de piedra, insensible al dolor de los demás como le pasa al
infiel.
Sigue impávido mientras su pareja y sus
hijos sufren, como
si nada pasara, como si no tuviera corazón.
Sí, los
seres humanos dejan de pensar y sentir cuando sus pasiones los ciegan y los
esclavizan.
Un día
recibí la confesión de un drogadicto que lloraba cuando ya había perdido a una buena esposa y a sus tres
hijos.
Era mucho el dolor que les había
causado y lo perdonaron,
pero ya con un amor rayado o muerto.
¿Por qué empecinarse en perder lo más
valioso? ¡Ay, Dios,
llévate ese corazón de piedra!
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