El mundo reclama hombres limpios, sin mácula y dispuestos
a dar la vida por la verdad.
Ellos hacen la historia y son la semilla del futuro.
Según el novelista francés
Víctor Hugo, "La
fuerza más poderosa de todas es un corazón inocente". Ahí refulge
la luz de la verdad; en él domina la fuerza de la bondad.
Dios se muestra fuerte en
el aparente débil. Un
corazón inocente es también el manantial de la auténtica alegría y el trono
donde reina la paz.
La inocencia es rectitud y es transparencia. El corazón limpio es también un corazón fuerte, capaz de enfrentarse al mal y vencerlo.
Los seres íntegros han
liderado las más grandes empresas. Han demostrado que "lo más blando es más fuerte que
lo duro, el agua es más potente que la roca, y el amor es más vigoroso que la
violencia", como decía Hermann Hesse.
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