Un santo dijo que la oración es la respiración del alma, es vivir unido
con Dios en el amor.
La oración es tu fuente de energía y de paz, con ella las sombras no te
persiguen y encuentras paz y alivio.
Por eso ora siempre, no solo cuando todo se
confabula contra ti y la atmósfera es irrespirable.
Para hacerlo no siempre precisas de palabras ya que la oración es ante
todo un ejercicio de amor.
No consiste en hablar mucho o en pensar
mucho, sino en amar mucho,
en hacer todo por Él, con Él y en Él.
Es bueno que al orar pidas lo que necesitas y es mejor cuando das gracias,
alabas, adoras y bendices.
Tus mejores oraciones son las que van acompañadas de buenas acciones, amor y excelentes frutos.
Ojo: No ores para que Dios haga lo que tu quieres, ora para que tú
hagas lo que quiere Dios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios