En cierta ocasión los discípulos de Jesús le pidieron algo que ojalá pidas
tú todos los días: "Señor, auméntanos la fe".
Sí, pide a Dios que te dé una fe firme para afrontar las crisis
y avanzar en medio de la incertidumbre.
Cultiva una confianza perseverante y dominarás los
contrastes, vencerás las insidias y superarás los obstáculos.
Recuerda que las virtudes crecen con actos constantes, en especial, cuando flaqueas y las dudas te acosan.
Por lo mismo, enséñate a repetir afirmaciones positivas y elige
interiorizarlas y hacerlas tuyas:
Creo, puedo, soy capaz, estás conmigo, Señor; me sostienes, eres mi fuerza, eres mi luz, contigo nada temo, confío en ti.
Nutre tu fe con buenas lecturas y afiánzala al lado de buenos creyentes
en tu iglesia o en un grupo espiritual.
La fe es la fuerza de la vida y es tu mejor apoyo
en situaciones desfavorables.
Vuelve a creer.
Creo, puedo, soy capaz, estás conmigo, Señor; me sostienes, eres mi fuerza, eres mi luz, contigo nada temo, confío en ti.
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